Más de 600 economistas suscribieron una solicitada del colectivo EPPA (Economía Política para la Argentina) en respaldo a la candidatura presidencial del ministro de Economía, Sergio Massa (Unión por la Patria), y en rechazo a las «diversas propuestas» del postulante de La Libertad Avanza, Javier Milei, por entender que implican «salarios más bajos y cierre de empresas».
«El 19 de noviembre de 2023 están en juego dos modelos de país», aseveraron los economistas, que advirtieron al respecto que «el único camino posible en esta etapa para comenzar a solucionar los problemas de Argentina pasa por una amplia unidad nacional con Sergio Massa como presidente de la Nación».
El documento reseña aspectos de las crisis económicas y la alta inflación que, indica, «comenzaron en 1976 con la última dictadura cívico militar» y recuerda que luego del 2001, «la salida no fue la dolarización».
La solicitada de EPPA lleva la firma, entre otros, de Eduardo Basualdo, Ricardo Aronskind, Noemí Brenta, Mario Rapoport, Alejandro Rofman, Andrés Asiaín, Mercedes D’Aleassandro, Sergio Chouza, Augusto Costa, Mercedes Marcó del Pont, Itai Hagman, Alejandro Vanoli, Carlos Heller, Roberto Feletti, Agustín D’Attellis, Paula Español y Cristian Girard.
«La sociedad argentina tiene experimentado en carne propia lo que ocurre con salarios y jubilaciones ante devaluaciones significativas del peso respecto al dólar», señalaron los economistas, que plantearon que «la hiperinflación del período 1989-1991 implicó una distribución del ingreso tan regresiva que generó las condiciones para que su solución fuera la principal preocupación de la sociedad», cuya respuesta fue «la convertibilidad, por la que un peso equivaliera a un dólar».
En ese sentido, mencionaron que «se incautaron ahorros mediante el ‘Plan Bonex’ y privatizaron empresas públicas, como YPF, para contar con mayor cantidad de dólares» y que cuando ya no hubo empresas públicas que vender «se recurrió a más endeudamiento externo», además de «la apertura importadora indiscriminada, medida que derivó en cierre de empresas y comercios, mayor desempleo y pobreza».
«Así, el modelo implosionó en 2001 a partir del descontento generalizado de la mayor parte de la sociedad», relataron, para agregar que «la salida no fue una dolarización, como planteaban algunos sectores, sino la recuperación de la moneda nacional y del crédito, con crecimiento, recomposición del salario y ordenamiento macroeconómico».
A partir de entonces, indicaron, «vinieron los años de crecimiento con Néstor y Cristina Kirchner, creación de empresas y puestos de trabajo, incremento de salarios y jubilaciones y un período de desendeudamiento, que luego fue revertido por (Mauricio) Macri».
«La limitación que genera la deuda externa con el FMI que dejó Macri ha condicionado mucho las posibilidades de crecimiento de la economía durante estos años», advirtieron, para aclarar que son conscientes «de que aún no se pudo revertir la reducción del salario real de los años macristas, pero también de que la instauración del dólar como dinero de curso legal, como propone Milei, o la consolidación de una economía bimonetaria, implicaría previamente una megadevaluación que pulverizaría salarios y jubilaciones, para luego desindustrializar el país, expandir el desempleo y la pobreza».
Por tal razón, expresaron su apoyo a «un plan de desarrollo inclusivo, que permita la generación de empleo, una distribución del ingreso que otorgue oportunidades a todos y un nuevo acuerdo con el FMI consistente y sostenible, como Sergio Massa propone y comenzó a plasmar parcialmente en estos meses duros y de desestabilización».