Tras la separación, Torrado se mudó a un departamento que alquiló con ayuda de Nalbandian.
Según relató la víctima, un día el extenista pidió ir al departamento sabiendo que su expareja no estaba, con la excusa de que tenía que realizar un trámite y sospechan que ese día instaló el dispositivo.
En junio de este año Torrado vio un brillo que le resultó raro en el ventiluz de su habitación y con ayuda de su hermano pudo abrir la rejilla, y encontró una cámara controlada por wifi que apuntaba a su cama y enviaba imágenes a un teléfono remoto.
La cámara fue llevada a la justicia y fue analizada por el cuerpo de investigaciones judiciales, y al no tener las claves de acceso de las claves no se pudo determinar si la cámara transmitió imágenes o no.
La fiscalía N18 de la Ciudad de Buenos Aires a cargo del caso decidió archivar la causa argumentando que las llamadas y la instalación de la cámara no constituían un delito.
Esta decisión fue confirmada por la fiscalía de Cámara el 9 de septiembre que dejó abierta la posibilidad de que la defensa de Torrado presente pruebas de que efectivamente el extenista tuvo acceso a imágenes de la cámara o no.
El abogado de Torrado, Martin Olari Ugrotte, aseguró que tienen pruebas de que Nalbandían si espió a su expareja: «Nosotros tenemos elementos para sostener que Nalbandian utilizó esa cámara para ver imágenes en forma remota».
«Tal es así que le preguntó a Araceli en una oportunidad ´¿No te pensas levantar en todo el día?´. Es evidente que él vio esas imágenes», dijo el letrado quien agregó que le pidió a la justicia una orden de restricción de acercamiento «porque es evidente que esta persona no reconoce límites».