viernes 26, julio, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

Simulacro de juicio en Miguel Riglos con una destacada participación de estudiantes

En un salón completo, con una escenografía particular y con un entusiasmo indisimulable, los estudiantes del Instituto Secundario General José de San Martín, de Riglos, realizaron un simulacro de juicio oral y público, en el marco del programa «Educación + Justicia» que promueve el Superior Tribunal Justicia.





Media centenar de alumnos y alumnos de segundo a sexto año se convirtieron durante tres horas en jueces y juezas, fiscales/as, defensores/as, imputados, víctimas, testigos y peritos para recrear un debate donde un hombre fue acusado de robo y lesiones graves en perjuicio de una mujer.

El desarrollo del juicio mostró que existió una preparación muy buena de los/as docentes, quienes estuvieron asesoradas por la defensora oficial María Silvina Blanco Gómez, la fiscala María Cecilia Molinari y la jueza de control María Florencia Maza, quienes previamente viajaron dos veces hasta Riglos para explicarles los roles de cada una de las partes.

Justamente en el cierre de la actividad, Molinari destacó la disposición y el compromiso del colegio, sus autoridades y el alumnado para llevar adelante la actividad, y agregó que «lo que ustedes hicieron, nosotras lo hacemos todos los días, y cómo pudieron ver no es una tarea sencilla porque hay muchas cuestiones que se ponen en juego en una causa penal».

A su vez, Blanco Gómez remarcó, ante un auditorio que incluyó a familiares de los/as estudiantes, que «este acercamiento de la Justicia a la sociedad busca mostrar cómo funciona ella y cómo se resuelven los conflictos».

Guardapolvos y tatuajes.

La compenetración de los jóvenes con el proceso fue tal que los/as testigos y peritos médicos/as concurrieron con guardapolvos y el imputado y un testigo se tatuaron los brazos para darle más credibilidad al simulacro.

Otro detalle importante –más allá que el material para preparar el juicio fue enviado con anticipación–  fue que los jueces y juezas, tal como ocurre en la práctica, no tenían detalles ni de los hechos ni de las declaraciones testimoniales, por lo que tuvieron que resolver situaciones impensadas sobre la marcha.

La rigurosidad de ellos/as quedó en evidencia cuando uno de los jueces le advirtió en dos oportunidades a un testigo (un profesor) que mirara al frente cuando estaba respondiendo preguntas de las partes, lo que generó sonrisas.

Además, tanto desde la fiscalía como desde la defensa tuvieron repentización para contrainterrogar a los testigos, estuvieron atentos para objetar preguntas de la otra parte y supieron cuándo insistir con las preguntas y cuándo dejar de preguntar.

Sentencia y absolución.

Después de oír el relato de la víctima, los dichos del imputado y una veintena de testigos, el tribunal pasó a sesionar a solas en un aula. ¿Qué tuvieron que evaluar? Si el acusado estuvo o no en el lugar al momento del hecho; cuán importante fue la identificación que hizo la mujer de su presunto agresor por un tatuaje; si sirvieron las filmaciones que mostraron a un hombre con gorra cerca de donde ocurrió el ataque;  qué credibilidad mostraron los testigos, etc.

Cuando la jueza leyó la sentencia y mencionó la palabra absolución, una de las defensoras no pudo ocultar su emoción; mientras que desde el Ministerio Público Fiscal mostraron un respeto absoluto por la decisión.

En la preparación del juicio participaron los estudiantes del ciclo orientado, aunque los que intervinieron en el simulacro fueron Renata Benítez Gómez, Santino Rausch, Sofía Valenzuela Bertón e Ignacio Orallo, de segundo año;  Valentín Ortiz, Esteban Rodríguez García y Matías Pacheco, de tercero; y Valentina Álvarez, Lola Benítez Gómez, Josefina Bruna, Milena Rodríguez García, Marcelo Wunderlich Castro, Bautista Albarracín y Joaquín Neveu Castro, de cuatro.

También, quinto año, intervinieron Brandon Carrizo, Celeste Casafús, Ismael Reinoso, Martina Sape Carreño, Martina Blanco Otero, Candela Campos Abel, Malena Dal Molín, Joaquín Heimbigner Torres, Celeste Mirazo, Victoria Otero Luna, Nicolás Pacheco, Luciana Trejo y Luana Zudaire Servetto; y por sexto, Pedro Anchorena, Juan Ignacio Argüello, Florencia Verba, Josefina Werbach Lafferrairie, Alondra Álvarez, Brenda Condoff Moyano, Santiago Del Pino, Lautaro Pedernera Bazán y Leandro Wunderlich Castro.   

Los/as docentes que colaboraron fueron Pedro Bazán, Evans Rojas, Abel Argüello, Marcela Couly y Gustavo Giaccardi.

«Educación + Justicia» es una iniciativa del STJ que promueve un acercamiento real de la sociedad pampeana a la Justicia y especialmente de los estudiantes secundarios que están cerca de cumplir la mayoría de edad.

La propuesta pedagógica incluye, además de la concurrencia de alumnos/as de 16 años o más a juicios orales en Santa Rosa, General Pico, General Acha y Victoria; la organización de simulacros de juicio, charlas de magistrados/as y funcionarios/as en escuelas –principalmente del interior por los costos de los traslados– y visitas guiadas a los edificios judiciales.

 

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