El Gordo Dan es uno de los trolls de mayor jerarquía en la estructura que armaron Santiago Caputo y Fernando Cerimedo. El Gobierno libertario rompió todos los esquemas cuando designó como director de comunicación digital al troll Juan Doe. El verdadero nombre del troll en jefe es Juan Pablo Carreira.
En tanto que el Gordo Dan se llama Daniel Parisini y es un médico que no opera en el quirófano sino en las redes, en donde acosa de manera digital a seres de todo tipo desde hace años.
Ahora su zona de influencia se extendió al organigrama: con el aval de Caputo, líder del Grupo Marlboro, logró colocar a su novia, la abogada María Belén Casas, en un cargo importante bajo el ala de Alejandro «Galleguito» Álvarez, el subsecretario de Política Universitaria.
LPO explicó que Álvarez dice que llegó para «hacer mierda el sistema» público de educación superior. En un mes y medio de gestión, el funcionario les pisó el presupuesto a las universidades y las dejó al borde de no poder abrir sus puertas.
Javier Smaldone, especialista en ciberseguridad, reveló que el Gordo Dan maneja un «grupo de tareas» que «están amenazando tuiteros que molestan al Gobierno, incluyendo visitas a sus casas, para callarlos».
En altos niveles de la política se comenta que la milicia digital de trolls que Milei retuitea a diario por medio del algoritmo de Yrigoyen se financia con fondos de la AFI, que era el lugar original al que quería ir Santiago Caputo, que como reveló LPO también participa del debate en las redes mediante su cuenta anónima Enfant Terrible.
Los Iñakis también lograron mojar el pan: el cineasta Santiago Oría ahora es director de contenidos audiovisuales y cobra 2 millones y medio de pesos para capturar la cinética presidencial por medio de dispositivos electrónicos, o sea digamos, por filmar a Milei con el celular.