La ola polar que cubre la Argentina y provoca temperaturas bajo cero disparó la demanda de gas y provocó que el Gobierno nacional interrumpa el servicio al sector industrial y a las estaciones de GNC. Toda esta situación generó un estrés energético, que algunos especialistas responsabilizan por mala praxis en el área. Es que por no pagar u$s40 millones para obras energéticas, ahora el país deberá desembolsar unos u$s500 millones.
En este escenario, Cammesa licitó de urgencia la compra de 12 cargamentos de fueloil y gasoil para hacer frente al mayor consumo de gas. Esos combustibles líquidos se utilizan en las termoeléctricas para convertirlos en electricidad. En total serían unos 30 barcos para todo el invierno.
Pero especialistas advierten que parte de ese faltante podría haber sido cubierto si el Gobierno hubiese terminado la construcción de las plantas compresoras del Gasoducto Néstor Kirchner.
El freno a la obra pública demoró los trabajos y ahora deberán desembolsarse en junio unos u$s500 millones adicionales para hacer frente a la mayor demanda.
¿Qué pasó con el Gasoducto Néstor Kirchner?
El Gasoducto Néstor Kirchner transporta 11 millones de metros cúbicos de gas por día (m3/d), pero si las plantas comprensoras de Tratayén, Salliqueló y Mercedes estuviesen en funcionamiento la capacidad ya se hubiese ampliado a 22 millones.
Si se hubiesen girado los fondos cuando correspondía las plantas estarían terminadas y la capacidad de transporte del gas proveniente de Vaca Muerta se hubiese duplicado.
La planta compresora de Tratayén, a cargo de Sacde, podría entrar en funcionamiento a mediados de junio, lo que permitiría inyectar 5 millones de m3 diarios adicionales al sistema. Eso representaría un ahorro de hasta u$s350 millones por año en sustitución de combustibles líquidos e importación de GNL.
Fuentes vinculadas a la construcción de la compresora aclararon que hoy la planta de Tratayén tiene un avance del 86% y se espera el completamiento mecánico para el 15 de junio, en línea con la fecha contractual firmado con Energía Argentina S.A.. Asimismo, se estima que la puesta en funcionamiento se concretará en las siguientes cuatro semanas, en conjunto con Enarsa y el fabricante del Turbocompresor.
Luego, se debe avanzar con la coordinación junto a TGS para tener el ingreso de gas al sistema («gas-in») la semana de los feriados del 20 de junio, Día de la Bandera. En conclusión, se calcula que Tratayén estará operativa en julio, con un aporte de entre 5 y 6 millones de m3 por día al Gasoducto Néstor Kirchner.
En tanto, la planta de Salliqueló, que está construyendo Contreras, recién estaría lista en septiembre.
En el caso de la planta de Mercedes, está demorada. La demora se explica fundamentalmente porque durante los primeros meses de gobierno Enarsa dejó de pagarle a las constructoras que están a cargo de las obras. Le adeuda u$s30 millones a Sacde y u$s10 millones a Contreras, lo que forzó a ambas empresas a trabajar por debajo de su capacidad. Si la empresa estatal hubiese pagado en tiempo y forma ambos proyectos ya estarían terminados.
La deuda que arrastra el Gobierno nacional llega a u$s40 millones, pero la decisión de no pagar lo fuerza ahora a desembolsar u$s500 millones, cuando con el gasoducto a full podría a haber necesitado importar, pero por menos de la mitad de ese valor.
Las declaraciones de la Secretaría de Energía
La Secretaría de Energía comunicó que se irá regularizando el suministro de gas a lo largo del día. Según informa la entidad, se logró destrabar la descarga del buque Petrobras a las 9 de la mañana.
El anuncio de la cartera, administrada por Eduardo Rodríguez Chirillo, se da en medio del pedido de las transportistas y distribuidoras de la interrupción del expendio de gas natural a grandes y medianas industrias y estaciones de Gas Natural Comprimido (GNC).
La problemática comenzó a notarse en Córdoba y Santa Fe, pero actualmente se extiende a nivel nacional. Así lo confirmó Oscar Olivero, vicepresidente de la Cámara de Expendedores de Gas Natural Comprimido: “Hoy van a cerrar todas las estaciones de GNC«.
Enarsa compró el viernes un buque de 44 millones de m3 de GNL a Petrobras que debió haber comenzado a regasificar ayer.
Sin embargo, a último momento la empresa impugnó la carta de crédito utilizada como método de pago y no autorizó la descarga del GNL en la terminal de Escobar. “El barco se encontraba amarrado y conectado a mangueras desde las 16 hs del martes”, explican desde Energía.
Es así que el Gobierno reconoce que se procedió a cortar el suministro de gas a la demanda no prioritaria (industrias, centrales termoeléctricas y estaciones de GNC) para cuidar a los usuarios prioritarios (hospitales, escuelas, hogares y comercios).
“El objetivo está puesto en poder seguir abasteciendo la «demanda prioritaria y los hogares residenciales”, argumentan desde el área energética. Sin embargo, confirman que la situación “se irá regularizando a lo largo del día”, tras la acreditación de la carta de crédito emitida por el BNA.
“La situación se produjo por una disconformidad del proveedor respecto a la carta de crédito emitida el pasado viernes 24, a pesar de que la misma fue emitida en los términos requeridos por el proveedor”, ensayan desde Energía Argentina, empresa encargada de la explotación, comercialización e industrialización de hidrocarburos. Se trata de un actor central en la evolución del GPNK y Reversión GN.
El propio secretario de Energía justificó la demora en el suministro en su cuenta de X: En primer lugar, “estamos en el otoño más frío desde 1989, no pronosticado y con fuerte demanda de gas”.
A su vez, el funcionario refirió a situaciones excepcionales que afectaron el panorama, como la limitación de importación de energía de Brasil. “Se necesitó incorporar volúmenes de GNL, a precio de mercado, programados para más adelante”, asegura Chirillo.
Al mismo tiempo, responsabilizó a la gestión anterior por “haber asumido con deudas, contratistas con precios desactualizados desde mayo del 2023, con SIRAS pisadas y sin ingreso al mercado libre de cambios”.
Todos estos motivos, según el secretario de Energía, impidieron que la obra del primer tramo del GPNK y las plantas compresoras Tratayén y Salliqueló estén finalizadas para septiembre del año pasado. En ese contexto, la gestión actual asegura haber regularizado pagos por más de $30.000 y destinado $47.000 millones en la fase de terminación.
Cecilia Garibotti, ex subsecretaria de Planeamiento Energético, responde a estas declaraciones: “Es impresionante que después de una campaña donde negaban la existencia del gasoducto, y hasta decian que era inventada la inauguración, ahora digan que nos faltaba mas obra publica”.
A su vez, la funcionaria de la gestión albertista contrapone que en 2023, con sequía -menos generación hidroeléctrica-, sin Atucha ni GPNK, “planificamos la importación e hicimos 573 km de gasoducto en nueve meses”.