Los vecinos de Monte Nievas se encuentran recolectando firmas para solicitar al intendente Germán Wilberger (Juntos por el Cambio) que la comuna cuente con una asistente social para atender «las problemáticas generales que poseemos en nuestro pueblo» y solicitan autorización para utilizar el SUM municipal para mantener charlas «con profesionales» que «nos encaminarían en nuestra lucha por el pedido de justicia del caso Amaya».
El hecho conmocionó a la pequeña localidad, y aún perduran las muestras de dolor e indignación en las redes sociales. Ahora los vecinos comenzaron a visibilizar y reclamar los servicios de profesionales que los asistan en estos difíciles momentos.
En las últimas horas circuló una nota para recolectar firmas, que se presentará mañana a las autoridades municipales, para requerir que el municipio cuente «con un área de Acción Social con un equipo interdisciplinario que aborde temáticas de Mujer, Género y Diversidad», y también Niñez, Adolescencia y Familia. Y argumentan que la asistencia de profesionales permitiría «sentirnos mas acompañadas en nuestras problemáticas generales».
El texto dirigido al intendente Germán Wilberger, la viceintendenta Graciela Perera y los concejales Oscar Pansa y Araceli Arevalo, además solicitan autorización para utilizar el SUM municipal «para realizar reuniones y charlas, acompañados por profesionales, que nos encaminaría en nuestra lucha por el pedido de justicia del caso Amaya», y acceder a capacitaciones «que nos encaminen hacia un mejor entendimiento sobre las problemáticas sociales que atravesamos».
El femicidio de Raquel Amaya (53 años) se produjo el pasado viernes entre las 6 y 7 horas, en una vivienda social que compartían ubicada en la zona noroeste de Monte Nievas, y después su ex pareja Fabricio Borges (48) intentó ocultar el cuerpo en dos ocasiones.
Inicialmente trasladó el cuerpo a orilla de las vías entre Monte Nievas y Eduardo Castex y por la tarde lo recogió y lo llevó hasta una alcantarilla cercana a la ruta provincial 102, en la bajada del denominado «Camino a la Cruz». Ahí lo encontraron los investigadores. Borges confesó su autoría y argumentó una «disputa de vieja data» con la víctima.
Una casa y un hijo.
La relación «estaba rota» entre Amaya y Borges «desde hace tiempo», aseguraron fuentes vinculadas con la investigación. Las diferencias estaban relacionadas con la titularidad de una vivienda social que compartían, y la tenencia de un hijo de 8 años.
El femicida habría golpeado violentamente a la víctima, y después provocó la muerte por asfixia en el interior del inmueble, donde también estaba el hijo de ambos. El cuerpo de la mujer presentaba la «marca de una soga» en la zona del cuello, indicaron fuentes consultadas.
El hijo de la mujer asesinada, Sergio Melín, realizó duros cuestionamientos a Wilberger, a quien acusó de «cobarde» porque «se escondió en la intendencia cuando fuimos a hablar con él».
El entrevistado reveló que Amaya «se iba a quedar en Pico Truncado (Santa Cruz) con nosotros, pero pasó algo muy importante para que esto haya terminado así, porque el intendente le mandaba mensajes para que volviera, porque él le iba a hacer los trámites para que la casa pase a nombre suyo y él (Borges) abandone la vivienda».
«Él (Wilberger) fue el causante de que mi madre volviera a Monte Nievas y esto va a surgir cuando periten los teléfonos donde encontrarán esos mensajes», agregó. «Cuando mi madre regresó nadie se hizo cargo y nadie le cumplió con lo prometido», se lamentó.
El trabajador legislativo de Pico Truncado cuestionó la «falta de empatía» de las autoridades montenievenses, y confirmó que su hermanastro vivirá en la ciudad sureña, donde también trasladó el cuerpo de su madre.