En Intendente Alvear, hoy se enfrentarán Alvear FC y Racing Club de Eduardo Castex por la octava fecha del Torneo Clausura de la Liga Pampeana de Fútbol, en una instancia de definiciones para resolver el ganador del segundo torneo anual. Pero, hace 86 años hubo un partido entre ambos equipos que quedará en la historia, y no será precisamente por el nivel futbolístico o porque definió un título liguero para dos instituciones con fuerte predicamento en el norte pampeano.
En agosto de 1938, en el estadio castense Racing Club recibió a Alvear FC por el torneo de la Liga Pampeana de Fútbol, y el diario La Voz del Norte destacó que era un “match de interés” porque los alvearenses habían ganado dos títulos consecutivos, y los albos tenían futbolistas de jerarquía. Y los presagios no fallaron: fue “el mejor encuentro de la temporada”, publicaron.
Pero, el partido fue empañado porque “una inesperada incidencia producida 14 minutos antes de terminar, obligó a suspenderlo”.
¿Qué ocurrió?…según las crónicas de la época, la suspensión “se debió pura y exclusivamente a un momento de ofuscación del referee José Argos, quien hasta entonces había actuado –salvo algunos errores comunes de todo match- con corrección”.
Pero, Novelino Lorini que había cometido un foul contra J. Schoeder, quien a su vez había procedido igual contra el primero, fue obligado a salir de la cancha por el referee, cosa que acató. Jorge Libois pidió entonces al capitán de su cuadro, Juan Rinaudo, que no permitiese el retiro de Lorini, contestándole Argos que a él también lo iba a sacar, medida que intentó poner en práctica”, publicó el diario castense.
“Fue a raíz de esto que J. Rinaudo tuvo unas palabras aclaratorias con el referee y al notar que este tenía armas en su poder, lo que expresó en alta voz, intervino la policial, negándose Argos a entregar un revolver que obraba en su poder, lo que obligo a la autoridad, en prevención de ulterioridades desagradables, a llevarlo detenido a la comisaria, donde le fue secuestrado el revólver. Argos fue puesto en libertad momentos después”, agrega la crónica.
FALLO INEXPLICABLE
En la semana el Consejo Directivo de la Liga Pampeana de Futbol tomó cartas en el asunto, y en aquellas épocas también había fallos tan inexplicables como cuestionables.
La decisión fue suspender a los jugadores albos Jorge Libois, Juan Rinaudo y Novelino Lorini; y se dispuso que “se jueguen nuevamente los segundos 45 minutos por los mismos jugadores que integraban los equipos del accidentado match”, con la obvia exclusión de los sancionados, y quienes no pudieron ser suplidos”
La publicación del diario castense planteó que la “severa sanción” causó “sorpresa” por “errónea”, y argumentó que primó la “pasión localista” de algunos miembros del Tribunal porque el origen del incidente no fue el desacato por parte de los jugadores castenses, sino la intervención de la policía que “estuvo bien justificada” porque el arbitro violó una ley nacional por cuyo cumplimiento los representantes policiales están obligados a velar, expresó.
Lo extraño fue que la dirigencia liguera no analizó la conducta del colegiado. “El principal, o por lo menos uno de los principales causantes de la suspensión del partido, aparece al margen de las sanciones del Tribunal de Penas, punto de suma importancia y que merece la más enérgica censura”, destacó.
Seguidamente, la dirigencia racinguista presentó una solicitud de reconsideración con “una extensa nota” con “suficientes elementos de juicio como para que sea reconsidera la sanción en su contra, ilustrando al mismo tiempo en forma clara sobre los pormenores del incidente a que diera lugar la suspensión del partido y que el árbitro que lo dirigió tergiversó su informe a la Liga, seguramente que para ponerse a cubierto de las responsabilidades que se hizo acreedor por su censurable actuación”.
El resto de la anécdota ya es otra historia, porque esa temporada el campeonato fue para Sportivo Independiente de General Pico.
(*) Por Coclete Rosa – Fuente: La Voz del Norte