La empresa Durlock implementó una nueva tanda de despidos de personal, motivados por la severa caída de actividad en la construcción registrada durante el primer semestre del año. Ayer, poco antes de culminar la jornada laboral diurna, la empresa comunicó la cesantía a otros cinco operarios, quienes se sumaron a los doce que a finales de junio acordaron su retiro a cambio de percibir un 30% más de indemnización y el compromiso de ser reincorporados cuando la producción recupere su nivel habitual.
Las fuentes advirtieron que durante la tarde se respiraba una atmósfera de cierta incertidumbre y preocupación “porque podría haber algunos despidos más en el turno nocturno”, publicó el diario La Arena.
Hasta ahora, todas las cesantías correspondieron al área de Producción, indicaron medios de la localidad como Noticias del Sur.
La paralización de las obras públicas a partir de diciembre generó una hecatombe en la industria de la construcción y provocó “unos 130 mil despidos en los primeros seis meses de 2024”, según el informe elaborado por la Cámara de la Construcción Argentina (Camarco), difundido en la última semana de junio. Como consecuencia de ello, la importante planta fabril de General Acha “bajó su producción al 50%”, pudo saber este diario de fuentes de la localidad.
El miércoles 26 de junio, fecha en que se concretó la primera tanda de retiros, “la empresa había comunicado que podrían sumarse nuevas cesantías”, reconocieron fuentes del personal, sindicalizados en la Asociación Obrera Minera Argentina (AOMA) de Río Negro y La Pampa.
Retiros voluntarios.
Los despidos en la planta de Durlock adoptaron la forma de retiros voluntarios, al convalidarse un acuerdo para el cese del vínculo laboral entre la empresa y los operarios, quienes renunciaron al empleo a cambio de cobrar un 30% más del importe correspondiente para cada indemnización, con la posibilidad de volver a reincorporarse cuando la actividad vuelva a la normalidad.
Los trabajadores cumplían funciones en Productos Especiales, dedicada a la producción de masillas y placas para cielorraso, un sector que donde la caída de las ventas produjo una elevada acumulación de stock en lo que va del año. Frente a la crisis, la empresa decidió achicar la planta de empleados: “presentó un listado y comunicó un ofrecimiento para concretar despidos acordados, incrementando el monto de la indemnización, evitando trámites engorrosos y abriendo además la posibilidad de ser reincorporados si se reactivan las ventas”.
Luego de desarrollar asambleas, el cuerpo de delegados de la firma alcanzó un acuerdo con la empresa para desarrollar el proceso de esta manera. Por ahora no habría programadas nuevas tandas de despidos “pero si la situación de inactividad se mantiene, podría haber suspensiones de personal”, añadieron.
Más de cien mil despidos.
La parálisis de la obra pública dispuesta por el modelo económico libertario provoco una caída de actividad solo comparable a la de 2001 y generó “unos 130 mil despidos, sobre un total de 450 mil empleos formales”. La información fue suministrada por Gustavo Weiss, presidente de la poderosa Camarco, el 25 de marzo, al presentar un lapidario informe sobre actividad de la construcción durante los primeros seis meses del año.
Aquel día, Weiss advirtió que el Estado nacional mantiene una deuda de 400.000 millones de pesos con las empresas constructoras, por certificaciones de septiembre, octubre y noviembre de 2023, correspondientes “a unas 3.500 obras paralizadas en todo el país, básicamente rutas y viviendas”.
La otra gran preocupación del sector es la pérdida de puestos de trabajo. Según el titular de las Uocra, Gerardo Martínez, “esos 130 mil despidos corresponden al empleo directo de las firmas constructoras, pero si tomamos en cuenta que por cada puesto de trabajo directo se genera otro indirecto, el impacto real sobre el empleo se acercaría al doble de esa cifra” , lamentó.