domingo 6, octubre, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

Derogación de la Ley Ovina: Productor de karakul de Castex lamentó la decisión de Nación

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El productor castense Walter Soncini lamentó la derogación de la Ley Ovina porque promovió el desarrollo de la producción en La Pampa, y personalmente le permitió acceder a financiamiento para agrandar la majada de su predio rural ubicado entre Eduardo Castex y Winifreda. «El crédito era accesible para sacarlo y para devolverlo, porque no permitía hacer grandes cosas pero ayudaba a desarrollar la actividad», dijo Soncini. Y cuestionó que se tomen decisiones «mirando planillas» porque «se generan monopolios en todas las producciones».





«Esta es una ley que tenía mas de 20 años que permitía que lleguen fondos de Nación a la provincia, que permitieron a los pequeños productores reactivar la actividad ovina e incluso en su momento facilitó conformar las cooperativas ovinas de Alta Italia y Mauricio Mayer», recordó el entrevistado.

Explicó que la cooperativa de Alta Italia actualmente no está trabajando porque cayó la rentabilidad y los productores vendieron las ovejas, mientras que la cooperativa de Mauricio Mayer se está reactivando «con mucho esfuerzo».

El gobierno de Javier Milei derogó la Ley Ovina que tiene más de 20 años, y que desde el año 2002 en La Pampa permitió financiar 145 proyectos productivos para aumentar las majadas. La medida fue cuestionada por funcionarios pampeanos y por entidades agropecuarias, porque la Ley para la Recuperación de la Ganadería Ovina, más conocida como Ley Ovina, estaba dentro del paquete de la Ley Bases en la bolsa de los fideicomisos supuestamente truchos, que perjudicará -fundamentalmente- a las provincias patagónicas.

Soncini tiene una majada de la raza Karakul, que se caracteriza por las patas delgadas, produce mucha carne de muy buen sabor, y finalmente es magra porque la grasa se acumula en la cola. Relató que actualmente las estadísticas oficiales de consumo son de 1 kilogramo por persona por año, pero estima que esos datos son erróneos porque se comercializa «mucho en negro porque no hay frigoríficos cercanos».

«Es una carne muy buena y una de las más sanas porque se hace todo a pasto, tiene muy pocas vacunas y granos, pero es una lástima que no tiene difusión», destacó.

«Si tuviéramos difusión -enfatizó Soncini- se mejoraría el consumo porque es mejor carne y más barata. Y precisamente la ley permitía ayudar a los productores para que aumenten la producción y el mercado empiece a conocer la carne. El crédito era accesible para sacarlo y para devolverlo, porque no permitía hacer grandes cosas pero ayudaba a desarrollar la actividad».

«Generan monopolios».

El entrevistado planteó que frenar el desarrollo de las actividades productivas «profundiza la generación de monopolios». Y ejemplificó: «En nuestra zona quedan cuatro o cinco jóvenes de más de 30 años, y el resto de los campos están alquilados por grandes empresas».

«Esas grandes empresas (que alquilan los campos) toman mano de obra capacitada, porque nosotros trabajamos toda la vida en el campo, no necesitamos capacitación y para esas empresas es una buena mano de obra con precios accesibles para ellos. Hoy las extensiones de campos están quedando en pocas manos y no quedan productores genuinos».

Majadas pampeanas.

Los productores ovinos pampeanos están agudizando el ingenio para obtener mayor rentabilidad. Desde la Cooperativa Ovina de Mauricio Mayer incursionaron en una prueba piloto con lavadero de lana que permitió aumentar las ganancias económicas, y ahora evalúan la posibilidad de comercializar carne en el Mercado Central de Santa Rosa.

Soncini explicó que en La Pampa «hay muchas majadas chicas para consumo propio y alguna venta, pero majadas comerciales hay pocas». Y recordó que en Alta Italia «cuando se produjo el furor de la actividad, había 15 mil ovejas madres que ahora no están».

A la Cooperativa Ovina de Mauricio Mayer «la estamos reflotando porque estaba media paralizada la actividad y en diciembre esquilamos 9 mil ovejas y este año pudimos vender 40 mil kilos de lana». Esto lo destacó como muy positivo, porque la lana «se tiraba o quemaba» porque no era rentable.

 

«Una parte -de la lana- fue directo a un lavadero de Trelew y la otra parte fue a un lavadero reflotado por una cooperativa donde nosotros fuimos en el negocio integrado con ellos, así que lavamos, peinamos y cuando se vendió la lana recién cobramos, pero le sacamos un mejor precio», destacó.

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