lunes 28, octubre, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

La aventura de los castenses que recorren la ruta 40 en un 4S modelo 1972

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Dos castenses se encuentran realizando una travesía para recorrer «de punta a punta» la mítica ruta 40 en un legendario Renault 4S modelo 1972. «Esto es increíble, la ruta 40 tiene mística, te encontrás lo que te imagines en lo que se te ocurra, desde un francés que salió hace cinco meses de Colombia en bicicleta hasta una persona que va caminando para homenajear a las víctimas del ARA San Juan», relató en una comunicación telefónica Pablo Scheffer, quien viaja acompañado por José María «Chelo» Pino.





Los aventureros pampeanos partieron el martes 8, y hoy hace 20 días que se encuentran viajando rumbo a La Quiaca para llegar a la finalización de la también denominada «ruta de los aventureros», que se extiende desde Santa Cruz hasta Jujuy, en paralelo a la Cordillera de los Andes.

Scheffer y Pino inicialmente recorrieron 2.200 kilómetros para llegar al «kilómetro 0» en Cabo Vírgenes (Santa Cruz). Y desde allí empezaron a transitar «hacia arriba». En los últimos días tuvieron un desperfecto mecánico «en el francés» que los obligó a permanecer dos días en Mendoza, para reiniciar el viaje rumbo al norte.

«Mucha mística».

«Hace un año, en el supermercado, se nos ocurrió hacer una aventura y empezamos a programarla. Compramos el 4S y ya no había marcha atrás», recordó Scheffer, uno de los propietarios de un conocido comercio de capitales locales. Y Pino es un empleado de varios años. «Paramos en carpas o alojamientos de bajo presupuesto, porque la idea inicial era cocinarnos y conocer gente», explicó el entrevistado.

«¿Por qué la ruta 40? Porque tiene mucha mística para los viajeros y para quienes les gusta ese tipo de aventuras. En algunos sectores hay mucha circulación y en otros sectores no anda nadie, porque en algunos trayectos hicimos cuatro horas de viaje en ripio y cruzamos una sola persona. Hay sectores que son realmente complicados y la nave nuestra no está preparada para esos caminos», narró Scheffer en diálogo con este diario.

Consultado por qué en un 4S, respondieron: «Es una conjunción de las dos cosas la ruta 40 en el 4S, porque el que lo ve de afuera te dice que con eso no llegas a ningún lado, y en otras partes del mundo sigue recorriendo caminos impensados para la gente que no está interiorizada. A mí siempre me gustaron los autos antiguos.

Scheffer lo defendió con énfasis al 4S. «El 4L es el más conocido porque hubo un par de franceses que recorrieron el París-Dakar con ese auto, y en otros países como Colombia le dicen el correcaminos o el amigo fiel, porque es aguantador. Se arregla con dos pesos, cualquier peso te lo arregla, porque incluso nosotros le hemos hecho cosas impensadas con ayuda de lugareños. Es económico e incluso le van repuestos de otros autos, y los problemas se solucionan fácil porque con otros autos si te quedas tirado no los podes solucionar», destacó.

«Hemos tenido algunos problemas con los frenos…y lo tenemos que contar despacito y que no se enteren en los puestos camineros (risas)…uno de los problemas más complicados fue hacer más de 200 kilómetros sin frenos. Llegando a Río Gallegos hasta tuvimos que frenar con los pies, porque uno se bajó y tuvo que ir frenando con los pies…ahora lo podemos contar porque nos salió bien», reveló.

Parada obligada.

Los viajeros castenses en Mendoza tuvieron que hacer una «parada obligada» para finalmente solucionar los desperfectos en los frenos. «Para arriba vamos a llegar a 4.800 metros en el punto máximo, y vengo adquiriendo experiencia de las cosas que hay que hacerle -al 4S- para que ande en esas alturas, porque nos hemos cruzado con gente que nos dieron algunos consejos y los venimos probando», dijo Scheffer.

El 4S recorre un promedio diario de 500 kilómetros. «Nos quedan 1.700 kilómetros y calculamos que 1.000 kilómetros lo haremos en dos días, porque hay buenas rutas y son sencillos. Pero, los últimos 500 kilómetros son complicados porque hay mucho ripio, arena, barro y capaz que nos lleva tres días. Y después volveremos por el centro del país», anticiparon.

Sorpresa y asombro.

El tránsito por las provincias que atraviesa la ruta 40 permite determinar que existe una ecuación económica proporcionalmente inversa: mientras vas ascendiendo hacia el norte, baja el precio de los hospedajes y alimentos y aumenta el precio de los combustibles porque se alejan de las provincias patagónicas.

Los castenses están sorprendidos con esta travesía. «Es increíble la gente con la que te encontrás. Dormimos en casillas, en casas particulares. Un anoche dormimos en un hostel donde había un francés que viene desde Colombia en bicicleta y arrancó hace cinco meses y había chicos de Paraguay que viajan en motos, y nos cruzamos con un hombre que va caminando para hacer un homenaje a las víctimas del ARA San Juan. Acá ves lo que te imagines y en lo que se te ocurra, porque hay familias que van viajando en bicicleta», narraron.

Harán un libro del viaje.

Pablo Scheffer no es muy afecto a las redes sociales, pero José Pino está recolectando toda la información, fotografías y registro de las personas con quienes interactuaron durante la travesía para «hacer un libro de viaje».

«A mí me gusta contar lo que estamos vivimos para que la gente se anime a vivir experiencias, hay otra gente que puede hacer otras cosas porque no es imposible», dijo Scheffer.

Destacaron «la generosidad» de las personas que encontraron en los casi 4 mil kilómetros recorridos hasta el momento. «La gente te ayuda sin siquiera pedirle te ayuda», destacaron. Y ejemplificaron que llegando a Río Gallegos tuvieron un desperfecto mecánico, y el dueño de un taller no tenía tiempo para hacer el trabajo, pero les explicó cómo solucionarlo.

«Ahora ya sabemos de carburación y como solucionar problemas eléctricos», expresaron risueños.

La otra sorpresa fue encontrar gente «en distintos lugares» que «de alguna manera» están relacionados con Eduardo Castex o sus pobladores. En Junín de los Andes los hospedó el castense Aníbal Soncini, quien tiene un complejo con «maravillosas cabañas para alquilar». Después, en Puerto Madryn se encontraron con otro coterráneo. «En Río Gallegos nos arregló los frenos un hombre, y la mujer era amiga de una chica de Filippa de Eduardo Castex. Es increíble que en todos lados donde te ponés a hablar hay una relación con Eduardo Castex y eso es hermoso», concluyeron.

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