El costo de la Canasta Básica Total (CBT), que determina la línea de pobreza, subió 2,3% en octubre a nivel nacional. Se trató de la variación más acotada en mucho tiempo.
De este modo, una familia «tipo» necesitó $986.586 para no ser considerada pobre, de acuerdo con los parámetros del INDEC.
Por su parte, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide la línea de indigencia, aumentó 1,4%. Por ende, una familia necesitó $434.620 para no ser considerada indigente.
La CBA se determinó tomando en cuenta los requerimientos calóricos para un «adulto equivalente» (varón de entre 30 y 60 años, de actividad moderada). A su vez, se seleccionaron los alimentos y sus cantidades en función de los hábitos de consumo de la población a partir de la información provista por la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo).
Para determinar la CBT se amplió la CBA considerando los bienes y servicios no alimentarios. La estimación se obtuvo mediante un coeficiente que evalúa la relación entre los gastos alimentarios y los gastos totales observados en la población de referencia.
En términos interanuales, la canasta alimentaria registró un incremento del 170,6%, mientras que la variación de la canasta básica total fue del 185,7%. Ambas se ubicaron por debajo de la inflación general, que en el mismo período fue del 193% según el propio INDEC.