Un trágico escenario natural se pudo observar en estos días en la zona rural de Cuchillo Có, donde se contemplaron socavones de hasta siete metros. Silos, alambrados y vehículos quedaron sepultados por la arena, los corrales fueron arrasados por el agua y el lodo, provocado por las intensas lluvias caídas desde el 7 de marzo.
Gabriel Millán, a través de su cuenta de Facebook, mostró un video que evidenció el desastre. Las imágenes, tomadas de un hombre que circulaba a caballo, mostraba el barro que sepultaba casi la totalidad de un silo, el alambrado, tranqueras, y prácticamente la totalidad de los árboles, publicó el diario La Arena.
Otras imágenes muestran que el mismo lodo sepultó la mitad de un tractor estacionado y hasta de una vivienda de la zona. Por su parte el sitio Infohuella, publicó fotografías de una camioneta de la Dirección Provincial de Vialidad quedó sepultada por el lodo en la ruta provincial 30, entre la ruta provincial 9 y la ruta nacional 154.
Los ocupantes lograron salir ilesos y, debido a las condiciones climáticas extremas, optaron por dejar el vehículo para intentar recuperarlo una vez que cesara la lluvia. Pero, al día siguiente, cuando regresaron se encontraron con un panorama desolador: el agua de lluvia que corría como ríos se había transformado en un río de arena y barro que había arrastrado la camioneta y la había sepultado casi en su totalidad.

La lluvia cayó el 7 de marzo: la misma que provocó la tragedia en Bahía Blanca.
«La zona de Cuchillo Co viene muy castigada por las lluvias caídas desde principio del mes de marzo, que va de la mano con el evento de Bahía Blanca», dijo el especialista y cazador de tormentas, Jeremías Baraldi.

Sostuvo que en esta zona cayó un total de 300 milímetros en lo que va del mes de marzo que se acumularon desde los primeros días. «Es muchísimo, triplicó lo que tiene que llover durante el mes de marzo que serían unos 70 milímetros», comparó.
-¿Cómo es la situación ahora en la zona?
-Muy complicada. Los caminos rurales están intransitables con socavones de siete metros de profundidad, y la misma fuerza del agua que hace un efecto erosión en el suelo y va moviendo los médanos de un lado para otro. La gente de campo, por ejemplo, sabe que los médanos se mueven pero estas lluvias hicieron que se produzcan un ‘alud de médanos’. Acá, esta lluvia, cayó en plena llanura pampeana con la diferencia que en algunos bajos el agua se estanca. Fue un verdadero desastre donde la arena tapó los silos hasta la mitad, los corrales fueron arrastrados y hubo zonas improductivas.
