La familia Coto compró el terreno de media hectárea en 2014 por US$125 millones, un récord en ese momento para el sur de la Florida. El edificio fue diseñado por el estudio argentino BMA y construido por G&G Business Developments, la firma liderada por Germán Coto.
El proyecto tuvo demoras por el huracán Irma y la pandemia, pero se reactivó con fuerza y logró cambiar el perfil de compradores: antes eran mayoritariamente latinoamericanos, y hoy predominan los norteamericanos.
Como beneficio adicional, los residentes pueden atracar sus yates de hasta 90 metros en el puerto deportivo privado del complejo.
Este no es el único desarrollo de la familia en Estados Unidos: Coto también planea construir un teatro y residencias sobre un terreno propio en la emblemática calle 8 de Miami, mientras evalúa nuevos proyectos sin marca en ubicaciones premium.