El bicampeonato que Los Ángeles Dodgers consiguieron recientemente, con una remontada notable y una definición espectacular en el séptimo partido, fue la cereza del postre para un año dorado, en términos deportivos y empresariales, de la dupla estadounidense que conforman los magnates Todd Boehly y Mark Walter, sin dudas una de las sociedades más prolíficas del sector en estos tiempos.
El dúo de negocios millonarios, dueño de la franquicia de béisbol angelina, ya había celebrado un mojón importante este 2025, cuando su Chelsea se consagró campeón de la primera edición del Mundial de Clubes, la cita más popular que tuvo el fútbol este año y que, con Estados Unidos como gran anfitrión, festejó en las tierras del Norte el éxito de un torneo que consolidó el buen posicionamiento de la nación de Donald Trump en el deporte de la pelota a gajos.
A través del conglomerado BlueCo, la dupla empresarial compró en 5.300 millones de dólares (en efectivo, según Forbes) al equipo británico -que tiene a Boehly como presidente y principal cara visible- y la final ganada al supercampeón europeo PSG fue la primera gran conquista bajo su conducción: la sociedad Boehly-Walter llegó a Stamford Bridge con la meta de seguir fortaleciendo la gloriosa vitrina deportiva que se había logrado durante las casi dos décadas de gestión del magnate ruso Roman Abramovich, quien fue forzado a vender la institución en 2022 a partir del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Dodgers bicampeones
El bicampeonato que los Dodgers lograron este 2025 los vio victoriosos tras una Serie Mundial a la que le sobró espectáculo y emoción y no le faltó épica. Tras dejar sucesivamente en el camino a los Rojos de Cincinnati, a los Phillies de Filadelfia y a los Cerveceros de Milwaukee, el plantel conducido por Dave Roberts llegó a las fase definitiva ante los Blue Jays de Toronto (Canadá), uno de los mejores equipos de la temporada en las Grandes Ligas.
La apuesta millonaria por figuras del deporte en sus equipos ha sido también una de las dinámicas en estos Dodgers bicampeones: así como el argentino Enzo Fernández fue de las primeras grandes contrataciones en su Chelsea en 2023 y marcó entonces un récord de venta en el fútbol argentino, la era del béisbol también selló una plusmarca histórica con la contratación de Shohei Ohtani en 2023: el japonés, sobresaliente como lanzador y bateador, es considerado por muchos el mejor y más completo beisbolista de todos los tiempos y llegó a los Dodgers tras firmar el acuerdo más abultado de la historia del deporte profesional por su valor total.
El jugador nacido en Mizusawa firmó por 700 millones de dólares y diez temporadas, superando una marca salarial que tenía Lionel Messi de sus épocas en Barcelona, cuando el argentino acordó 674 millones por cuatro años.
El contrato de Ohtani, además, incluye -según detalla The New York Times- una cláusula que le da libertad de acción en caso de que Walter deje la franquicia, un claro indicio de la estabilidad que el millonario empresario parece garantizar a sus empleados, incluidas las estrellas más codiciadas. El consorcio de la dupla Walter-Boehly se apoderó del equipo en 2012, cuando los Dodgers estaban en bancarrota: desde entonces, bajo su gestión, conquistaron tres campeonatos (2020, 2024 y este de 2025) y nunca se perdieron la postemporada.
Para sostener ese rumbo fueron también fundamentales otras inversiones monumentales que el dúo de magnates llevó adelante, entre las que vale destacar la contratación de otro nipón, Yoshinobu Yamamoto: apenas dos semanas después de asegurar el acuerdo de Ohtani, los Dodgers anunciaron el fichaje de su compatriota por la cifra récord de 325 millones de dólares por 12 temporadas, la más alta para un lanzador en la historia de la MLB.
Además del desembolso económico (¡más de mil millones en dos semanas!), el riesgo era grande: el japonés, captado por su desempeño en la liga de su país, firmó sin haber ejecutado ni un solo lanzamiento en las Grandes Ligas. El tiempo les dio la razón: Yamamoto, quien tuvo más acción esta temporada, brilló y fue fundamental para ganar esta Serie Mundial (lanzó completo el segundo juego, abrió el sexto y cerró el séptimo un día después: ganó los tres) y resultó elegido MVP de la definición.
¿Dueños del deporte?
Walter y Boehly no saben quedarse quietos. La lógica financiera de mantener siempre al capital en movimiento es la que parece conducir y dinamizar todas sus acciones. Quizás por esa razón, mientras el entrenador Enzo Maresca craneaba junto a su plantel el camino rumbo al título del Chelsea en el Mundial de Clubes, la dupla empresarial cocinaba la operación financiero-deportiva del año: la adquisición de la parte mayoritaria de Los Ángeles Lakers, cuyo acuerdo empezó a tratarse dos días después del debut del conjunto inglés en el torneo disputado en Estados Unidos. Aunque Walter es el principal protagonista de la compra de la reconocida y popular franquicia de la NBA, según medios reconocidos también Boehly está involucrado en el movimiento que se cerró justamente dos días antes de la consagración de los Dodgers en esta Serie Mundial.
Con un desembolso de unos 10 mil millones de dólares y la aprobación de la compra por parte de la NBA, la dupla Walter-Boehly ya tenía sus motivos para descorchar mucho antes del jonrón de Will Smith en el estadio de Toronto. El conglomerado liderado por Walter (él y Boehly ya eran propietarios del 27% de la franquicia) es ahora el dueño mayoritario de los Lakers, que desde 1979 tuvieron la mayor parte de sus acciones en manos de la familia Buss, que igualmente seguirá ligada a ellos; Jeanie Buss continuará como gobernadora del equipo por al menos cinco años.
“¡Enhorabuena a mi hermana Jeanie Buss por cerrar un trato increíble y elegir a la persona correcta para continuar con el legado y la tradición ganadora de los @Lakers! Mark Walter, mi socio y amigo, es la mejor opción y será el mejor representante de la marca Lakers. Su éxito con los Dodgers de Los Ángeles habla por sí solo“, escribió en junio Earvin “Magic” Johnson en sus redes celebrando la histórica compra de los Lakers.
El base, figura del equipo de Los Ángeles en la década del ’80 conquistando cinco anillos, integra el conglomerado dueño de los Dodgers desde 2012 y, habitué en sus partidos, disfrutó del clásico desfile por las calles angelinas del equipo bicampeón. Dave Roberts, manager de los Dodgers desde 2016, también analizó el movimiento empresarial: “Hablando desde la perspectiva de un empleado de los Dodgers, (Walter) es muy competitivo. Hará todo lo posible para formar un equipo campeón cada año y asegurarse de que la ciudad se sienta orgullosa de los Lakers y del legado que ya han construido con la familia Buss”.
Conquistadores modernos, la estelar sociedad del capitalismo deportivo no quiere dejar rincón sin su sello. Con fuerte presencia en el básquet, el béisbol y el fútbol (son dueños, también, del Racing Club de Estrasburgo que milita en la Ligue 1 francesa y de parte de Los Angeles Sparks, de la WNBA), su poderío está asomando en otra de las esferas más populares y rentables de este universo.
La firma TWG Global, fundada y dirigida por Walter, se unió el año pasado a General Motors para hacer posible materialmente el ingreso de Cadillac a la Fórmula 1, que será parte de la temporada 2026, con 11 equipos animando el Gran Circo después de una década: además de la monumental inversión que implica crear y sostener un equipo en la Máxima, también acordaron pagar una comisión dividida entre las diez escuderías existentes de 450 millones de dólares para asegurar la entrada en la categoría, según informó la BBC. La elite del automovilismo mundial, renovada y más poderosa con la incorporación de jóvenes fanáticos y fanáticas, era un negoción que, como los Dodgers, los Lakers o el Chelsea, no podía dejarse pasar.
















