La santarroseña Anabella Aguirre y su hija Lucía donaron al Museo Histórico Municipal “Juan Ricardo Nervi” de Eduardo Castex el traje de actos del cabo Enrique Castillo, quien cumplía funciones de inteligencia pero fue convocado 48 horas antes de la partida del ARA San Juan, que implosionó y se hundió –en noviembre de 2017- en el Mar Argentino.
“Fue una iniciativa que tuvimos con Luci. En realidad la veníamos pensando hace rato y coincidió que Lu viajó con el colegio al Parque de la Prehistoria de Eduardo Castex y visitó el Museo Histórico, y se encontró con los excombatientes. Cuando regresó le pregunté si quería llevar el traje de papá a ese museo y me dijo que sí y lo llevamos”, relató la diseñadora gráfica santarroseña Anabella Aguirre en Radio Don 101.5 Mhz.
En el breve acto estuvieron presentes algunos ex combatientes de Malvinas de Eduardo Castex y funcionarias municipales, dado que la indumentaria del “héroe” del ARA San Juan se exhibirá en la sala de los héroes de la guerra del Atlántico Sur. “Estaban re contentos y fue muy lindo y emotivo, porque éramos poquitos y pudimos charlar un rato, visitamos todo el Museo. Y como van los nenes de los colegios al Parque de la Prehistoria y visitan el Museo, es un punto estratégico para que vean el traje”, dijo la entrevistada.
-Aguirre, ¿existe mayor reconocimiento a los héroes fallecidos en la implosión del submarino ARA San Juan?
-Sí, hay reconocimientos. En algunos casos no puedo participar por cuestiones de trabajo y Lu va a la escuela, así que tenemos actividades que nos impiden participar en todos los actos. Pero ahora también se estableció el 15 de noviembre como el Día Nacional por la Memoria de los 44 héroes y heroína del submarino ARA San Juan, y eso también es importante.
-¿Lucía, con 9 años, como asimila lo ocurrido?
-Esta grande, va a tercer grado y está muy bien, gracias a Dios. Creo que hicimos un buen trabajo entre mi familia y yo, porque es una nena feliz, pese a todo lo que tuvo que atravesar. Era muy chiquita cuando sucedió todo, pero nuestras emociones influyen a los chicos. En ese momento, decidí apartarme de un montón de cosas, para ver el fruto que es hoy mi hija.
-Ahora, con mayor compresión, ¿plantea interrogantes sobre la muerte de su padre?
-Sí, pero como nosotros lo vemos de otra manera…estamos muy bien. Siempre está presente con nosotras, tenemos un rinconcito en la casa donde tenemos sus fotos y siempre lo recordamos con mucho amor y cariño. Y si nos sentimos mal y solitas, podemos escribir porque esas cosas nos hacen bien…
-¿Y en su caso escribe?
-Sí, escribo.
-¿Analiza en el futuro editar un libro?
-No, todavía no. Vamos a ver más adelante…es extenso…porque también es parte de una terapia y quizás en algún momento le puede ayudar a mucha gente a salir adelante ante las adversidades y los momentos difíciles.
“Quedó todo en la nada”.
La pampeana Anabella Aguirre tras la tragedia del ARA San Juan abandonó Mar del Plata y se reinstaló en Santa Rosa, donde ya se pudo insertar laboralmente. “Me tuve que volver, más que nada para que mi familia me pueda ayudar con Lu”, explicó.
La entrevistada indicó que las causas judiciales relacionadas con el ARA San Juan no avanzaron. “Eso está todo planchado. Es parte del proceso, eso lleva muchos años y la Justicia no nos va a devolver lo que realmente quisiéramos. Así que tenemos que dejar de lado todo eso y seguir avanzando, porque la vida continúa y hay que disfrutarla”, expresó.
La santarroseña fue víctima del espionaje macrista, pero esa causa también fue desestimada. “Eso también quedó todo en la nada”, dijo resignada. “Quizás algún día podamos saber la verdad, pero es seguir escarbando algo que ya pasó, los chicos nos están cuidando desde otro lado, nosotros los tenemos siempre en el corazón y la mejor manera de recordarlos es hacer diversas actividades para que la gente no los olvide”, transmitió.
-Aguirre, el último viaje del ARA San Juan partió desde Ushuaia, ¿fue allí después de la tragedia?
-Sí, el último viaje fue desde Ushuaia, y fuimos varias veces. Fuimos cuando Lu era chiquita, porque yo necesitaba darle un cierre a todo esto, y quería ver un par de cosas que necesitaba ver. Llegamos y comenzó el aislamiento (por el Covid-19). Cuando volvimos nos estaban esperando en una carpa, no entendíamos nada. Cuando volvimos nos quedamos en aislamiento el primer día. Y llegamos acá, y otra vez. Y después fuimos nuevamente a ver un amigo, Lu ya era más grande y fuimos al lugar donde salieron los chicos. Hicimos recorridos, porque sirve para sanar. Y seguimos la vida como podemos, pero bien.
