Una revuelta de peluqueros dañó el teatro Colón durante un evento organizado por la empresa de cosméticos L’Oreal que deberá pagar los destrozos.
Según pudo saber LPO, la compañía francesa entregó más entradas que las disponibles y eso causó la furia de los coiffeurs que arremetieron a piedrazos para poder entrar. Por ser los organizadores, toda la responsabilidad recae sobre L´Oreal.
La horda de peluqueros rompió los vidrios de una de las puertas de ingreso del Colón y luego se metieron por la fuerza en el palco de intendente. Al empujar las puertas terminaron rompiendo las cerraduras. Incluso violentaron a una acomodadora que intentaba ordenar el ingreso y terminó descompuesta.
El contrato había sido acordado por la gestión de María Victoria Alcaraz, que terminó meses atrás en medio de una disputa con la bailarina Paloma Herrera por la dedicación de los bailarines del teatro.
El alquiler para eventos privados no es una novedad, sino que es una cuestión habitual en todas las grandes salas del mundo, desde la Scala de Milán hasta la Ópera de Paris o el teatro Solís de Montevideo.
Jorge Telerman, que asumió pocas semanas atrás respetó el contrato con L´Oreal mientras intenta calmar el mal humor que generó la programación para este año.
En la programación que se inició semanas atrás, están incluidas sólo 7 óperas, un número muy bajo para un teatro con 1000 empleados que tiene fama mundial por dedicarse a la ópera. Sobre todo para los abonados que pagan hasta 400 mil pesos por año y reclaman que haya al menos una ópera distinta por mes. Más aún después de pagar el abono religiosamente durante la pandemia y no recibir ni un descuento pese a que no podían ni entrar al teatro.
Además de esa programación reiterativa, hay quejas por la exclusión de cantantes y bailarines nacionales sin justificación en la temporada 2022.
La gota que rebalsó el vaso fue el recital de La Beriso de la semana pasada, en el que hubo destrozos del mobiliario. «Se metieron con el terciopelo», se quejaban en el Colón, espantados porque una banda de rock invadiera con sus amplificadores a una sala preparada acústicamente para otros estilos. El recital estuvo acompañado de forcejeos en la puerta y acusaciones de 500 entradas truchas.
Avelino Tamargo, cercano a Mauricio Macri y hacedor del ciclo «popular» por el que La Beriso pudo entrar al Teatro sin pagar entrada, es uno de los apuntados. Las autoridades ya debieron postergar un recital de Valeria Lynch del mismo ciclo para bajar la temperatura.