Los precios de los combustibles de Axion y Raízen (Shell) aumentarán desde este domingo 8 de mayo a la medianoche en todo el país. Sin embargo, YPF por ahora no acompañaría este tercer ajuste del año en los surtidores.
Según adelantaron fuentes del sector, la nafta Súper se incrementaría alrededor de 11% en promedio, al igual que el Gasoil Grado 2. Las versiones Premium (Quantium y V-Power) de los combustibles subirían hasta 12%. El último ajuste fue el 14 de marzo pasado, cuando la Nafta Súper y el Gasoil Grado 2 subieron un 9,5% promedio y los de mayor calidad un 11,5%.
Como anticipó este medio a mediados de abril, la suba internacional del petrélo y el dato de inflación mensual de marzo de 6,7%, el más alto de los últimos 20 años, presionaron en la estrategia con los precios de los combustibles de las petroleras, muchas de las cuales compran productos premium al exterior por no tener la capacidad de refinación suficiente de esa calidad. Según pudo saber este medio, algunas refinadores perdieron hasta u$s100 millones en las últimas semanas para el encarecimiento de ese producto.
El mes pasado, luego del ajuste de 10% promedio, y en medio de la continuidad de la guerra rusa y con precios internacionales de la energía en alza, las petroleras estimaron que en el caso más optimista el retraso de los precios era del 12%, aunque otros jugadores importantes de los hidrocarburos lo ubicaban en 30% sin contar este suba. Con este ajuste de mayo, en el sector hablan que falta todavía un 18% para alcanzar un precio de equilibrio, siempre y cuando el dólar se mantenga en torno a los $200.
Con las subas promedio de febrero (9%), marzo (10%) y ahora mayo (11%) los combustibles acumulan este año un aumento poco más del 30%, por encima de la inflación cuatrimestral, que con el IPC de abril que se conocerá la próxima semana, rondará el 22%. El año pasado, la inflación de 2021 fue del 50,9%, y la suba de naftas del 30%.
La semana pasada los dueños de las estaciones de servicio denunciaron que apenas «sobreviven» con sus negocios a raíz del atraso en los precios, la inflación y los aumentos salariales y reclamaron un nuevo ajuste. «Desde hace cuatro años estamos operando en modo supervivencia. Primero fue la recesión, luego la pandemia y ahora un contexto económico de incertidumbre, marcado por nuevos picos de inflación, el atraso en los precios, la escasez de combustibles y paritarias que superan la capacidad de pago del sector», advirtió Gabriel Bornoroni, presidente de CECHA.
CECHA informó que «desde que comenzó la última recesión en Argentina, a comienzos de 2018, el mercado minorista de combustibles líquidos perdió de manera acumulada ventas por 8,2 millones de m3, lo que representa 5,2 veces el volumen total vendido durante abril de 2018, el mes tomado como referencia».
A pesar que en el año los combustibles superan la suba de precios al consumidor, la Confederación había alertado sobre un importante atraso respecto de la inflación. «Mientras el precio de la nafta súper se incrementó 17,5% desde junio de 2021 hasta marzo de 2022, los precios al consumidor se incrementaron 39,7%, los precios de alimentos y bebidas se incrementaron 43,8%, el precio de la leche fresca en sachet se incrementó un 29,1% y el precio del pan francés se incrementó un 45,4%», señaló.
CECHA marcó que «durante marzo de 2022, la facturación total a precios constantes estuvo todavía 7,7% por debajo del nivel registrado en marzo de 2018, cuatro años atrás».
Según cálculos de la entidad con datos a marzo de 2022, «en los últimos cuatro años, las estaciones de servicio de todo el país perdieron el equivalente a 5,5 meses de facturación».