3 de Junio de 1770 – Nace Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, en Ciudad de Buenos Aires, que por ese entonces pertenecía al VirreInato del Perú. Intelectual, economista, periodista, político, abogado y militar.
Comenzó estudiando en el Real Colegio de San Carlos (actual Colegio Nacional de Buenos Aires) y entre 1786 y 1793 estudio Derecho en las Universidades españolas de Salamanca y Valladolid.
En 1794 regreso a Buenos Aires como Secretario del Consulado de Comercio.
En 1806 se produce la Primer Invasión inglesa. Tras tomar la ciudad los ingleses exigieron a todas las autoridades que prestaran juramento de lealtad. El Consulado en pleno accedió a la demanda inglesa, exceptuando a Belgrano que sostuvo que «Queremos al antiguo amo, o a ninguno». Se exilió de Buenos Aires y buscó refugio en la capilla de Mercedes, en la Banda Oriental. Luego los ingleses fueron expulsados de Buenos Aires por la expedición organizada por Santiago de Liniers. Belgrano regresó tras la reconquista y se unió a las fuerzas que organizaba Liniers. Fue nombrado sargento mayor del Regimiento de Patricios, bajo las órdenes de Cornelio Saavedra, y profundizó sus estudios de táctica militar. Tras conflictos con otros oficiales Belgrano renunció al cargo de Sargento Mayor y se puso a las órdenes de Liniers.
En 1807 se produce la Segunda Invasión inglesa. Tras la exitosa resistencia de Buenos Aires volvió a hacerse cargo del Consulado y dejó nuevamente los estudios militares.
En 1810 renunció a su cargo en el Consulado y fue uno de los principales dirigentes de la insurrección que se transformó en la Revolución de Mayo. Participo del Cabildo Abierto del 22 de Mayo, y votó por el reemplazo del Virrey por una Junta, que fue la propuesta vencedora. Nombrado Vocal de la Primera Junta. Ese mismo año fue nombrado General a cargo del Ejército libertador del Paraguay, pues Buenos Aires buscaba que todas las ciudades americanas se unieran a la Revolución contra España. En esa expedición al Paraguay, el 19 de Diciembre logra una victoria en la batalla de Campichuelo.
En 1811 cae derrotado en Paraguary y Tacuarí, esto significo en revés para las intenciones de Buenos Aires, pero influyo para la emancipación del Paraguay de España.
Fue enviado a Rosario, a vigilar las costas del Rio Paraná contra los avances realistas desde Montevideo. Allí el día 27 de Febrero de 1812, enarbolo por primera vez la Bandera Argentina, con los colores de la escarapela, que en cierta forma también había sido obra suya, Blanco y azul-celeste. Ese mismo año y el mismo día que hizo flamear la bandera, fue nombrado Jefe del Ejército del Norte.
Cuando el ejército realista de Goyeneche inicio su avance hacia el sur, Belgrano recibe la orden del Triunvirato de replegarse hacia Córdoba, así fue que dirigió el «Éxodo Jujeño» en Agosto de 1912, pero no pudo hacer cumplir esa orden para la Ciudad de Salta, dada la cercanía del enemigo. Belgrano considero que replegarse a Córdoba no era una decisión acertada y cumpliendo las órdenes decide dirigirse a Santiago del Estero. Pero es alcanzado en Las piedras por los realistas y pierde algunos hombres. En tanto Bernabé Araoz y otros Ciudadanos Tucumanos lo convences de Dirigirse a San Miguel de Tucumán, allí Belgrano decide resistir y el 24 de Septiembre de 1812 ataca y triunfa sobre los realistas en la Batalla de Tucumán.
En 1813 Belgrano reorganiza sus tropas y avanza hacia Salta, logrando otra aplastante victoria sobre los realistas en la Batalla de Salta, el día 20 de Febrero, pero ese mismo año sufre las derrotas de Vilcapugio (1 de Octubre) y Ayohuma (14 de Noviembre). En 1814 Belgrano es relevado de su cargo de jefe del Ejército del Norte y en su reemplazo es nombrado el General José de San Martin. Regresa a Buenos Aires seriamente enfermo por afecciones contraídas durante sus extensas campañas militares, probablemente paludismo y mal de Chagas.
Entre 1814 y 1815 viajó a Europa, con riesgo para su vida, tanto por estar enfermo como por ser considerado un súbdito rebelde, para negociar el reconocimiento de la independencia ante las potencias del Viejo Mundo, aunque sin obtener resultados.
En 1816 nuevamente recibe el mando del Ejercito del Norte, Pero no puede organizar una cuarta expedición al Alto Perú como el pretendía y enviando a Lamadrid en una campaña menor, este logra una victoria y una derrota antes de volver a Tucumán.
En 1817 por orden del Congreso de Tucumán, Belgrano envió a sus mejores tropas a aplastar la revolución federal de Santiago del Estero, acaudillada por Juan Francisco Borges, quien fue capturado por Aráoz de La Madrid. Al saber de la prisión de Borges, Belgrano, que originalmente había ordenado su fusilamiento, le indultó; pero Lamadrid ya había fusilado a su rival santiagueño.
En 1919 cuando estaba ya muy enfermo, el general Rondeau, nuevo Director Supremo, ordenó que el Ejército del Norte y el de Los Andes abandonaran la lucha contra los realistas para aplastar las rebeldías provinciales. San Martín sencillamente ignoró la orden, mientras Belgrano obedecía a medias: ordenó a sus tropas iniciar la marcha hacia el sur, pero pidió licencia por enfermedad y delegó el mando en su segundo, Francisco Fernández de La Cruz.
Se instaló en Tucumán, pero a poco de llegar fue sorprendido por un motín en esa provincia, que llevó al gobierno a su viejo conocido Bernabé Aráoz, y terminó con el general en prisión. Su médico particular, el escocés Joseph Redhead, a quien había conocido después de la batalla de Tucumán y que lo había acompañado desde entonces – tuvo que interceder por él para que no fuera encadenado. Fue también él quien preparó su viaje a Buenos Aires.
En 1820 llega a Buenos Aires, seriamente enfermos de hidropesía (acumulación de líquido en los tejidos que acompaña a diversas enfermedades del corazón, riñones y aparato digestivo) lo que lo llevo a la muerte.