Los fiscales Máximo Paulucci, Marcos Sacco y Verónica Ferrero encabezaron este miércoles al mediodía en la Fiscalía una conferencia de prensa para confirmar la finalización de la investigación de seis meses por el crimen de Lucio Abel Dupuy lo que llevó a la elevación a juicio de la acusación.
Entre los conceptos más relevantes coincidieron que el juicio se llevaría a cabo a fin de año en Santa Rosa y tendría, por la magnitud de evidencia, una duración que supera los 15 días, publicó el diario La Arena.
PERPETUA
«La Fiscalía posiciona una teoría que se viene sosteniendo y es hacer valer la hipótesis que tiene una expectativa punitiva máxima para las imputadas que implica perpetua», afirmó Paulucci.
Dijo que no tiene conocimiento de la situación de ambas detenidas, Magdalena Espósito Valenti, y su pareja Abigail Páez, aunque confirmó que están alojadas en una sede policial de San Luis.
«En ambos casos (por las condenadas) enfrentan una imputación de integridad sexual agravada y homicidio agravado: sabemos que la tesitura de la contraparte puede ser la contraria durante el proceso judicial respectivo», sostuvo.
Ahora el juez de Control, Néstor Daniel Ralli, deberá decidir si acepta o no la elevación a juicio, para lo cual será fundamental lo que expresen las defensas de las dos acusadas, que podrían apelar lo decidido por el equipo de fiscales.
TERCERAS PERSONAS
Para el fiscal, hay evidencias suficientes para considerarlas autoras del crimen del niño de 5 años en un departamento del barrio Atuel de la ciudad capital pampeana.
«Descartamos la participación de terceras personas como así también que hubo un robo durante esa noche», dijo.
La Fiscalía, para el juicio, contará con un total de 50 testigos.
El asesinato sucedió el viernes 26 de noviembre de 2021, cerca de las 21.30, en un departamento ubicado en la calle Allan Kardec del barrio Atuel de Santa Rosa.
En marzo de este año, fuentes ligadas a la investigación revelaron que las pericias psiquiátricas y psicológicas a las dos detenidas concluyeron que ambas son imputables, comprendieron la criminalidad de sus actos, y hasta sentían que el niño «interfería» en su relación de pareja.
Los peritajes concluyeron, además, que ambas tenían una cierta aversión a los hombres, con rasgos de perversidad.