jueves 28, noviembre, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

Castense después de 40 horas de caminata alcanzó la cima del Kilimanjaro, el techo de África

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El castense Fernando Pfeiffer hizo cumbre en el Monte Kilimanjaro, apodado también “la cumbre de África”, en Tanzania. La experiencia demandó 40 horas de caminata, para llegar a la cima de la montaña que cuenta con una cumbre nevada constantemente que se hizo mundialmente famosa por la película de Henry King, que protagonizaron Gregory Peck y Ava Gardner en 1952, y se llamó “Las nieves del Kilimanjaro”.





Pfeiffer ya ascendió, en agosto de 2019, al monte Elbrus en Rusia, que es la cumbre más alta de Europa. Y ahora, el lunes, alcanzó “el techo de África”.

La expedición comenzó el martes 8, con 18 participantes. Y tuvo el momento mas emotivo este lunes, cuando llegaron a la cima del Monte Kilimanjaro, también conocido como Uhuru Peak.  

En una comunicación telefónica con familiares, Pfeiffer transmitió que fue “la montaña más linda” que ascendió. “Más allá del paisaje, los guías africanos les hicieron vivir momentos únicos”, detallaron.

“Costó mucho ascender, fueron fueron muchos días sin dormir y/o durmiendo muy poco. Y el último tramo fueron 40 horas de caminata continua para alcanzar la cima”, relataron fuentes consultadas. “El trayecto por momentos era selva, y otros tramos montañas de roca”, indicaron.

ASPECTOS GENERALES

El Monte Kilimanjaro es uno de los paisajes más emblemáticos de Tanzania, y también conocido como Uhuru Peak.

Es un volcán de triple cumbre que se encuentra en el noreste de la República de Tanzania, a escasos kilómetros de la frontera con Kenia. Sus 5895 metros de altitud la convierten en la cumbre más alta de todo el continente africano, formando así parte del grupo conocido como las 7 cumbres y es la cuarta montaña más alta del mundo detrás del Everest (Nepal y China), el Aconcagua (Argentina), y el Monte McKinley (Estados Unidos).

Su gran tamaño y su ubicación, así como el clima, favorecen la existencia de diversos ecosistemas de forma única. Así, en el Kilimanjaro conviven glaciares, desiertos, paisajes alpinos, sabana y selva tropical. De hecho, el Parque Nacional del Kilimanjaro ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1987.

Sus emblemáticas nieves, que en realidad son glaciares y se pueden vislumbrar durante todo el año, están desapareciendo a un ritmo vertiginoso debido al calentamiento global. Y según varios estudios llevados, a cabo es posible que dentro de unos años desaparezcan durante algunas temporadas.

Tiene tres cimas llamadas Kibo, Mawenzi y Shira que son cráteres de origen volcánico, el Uhuru Peak, que pertenece al monte Kibo, es el punto más alto. Este monte es un cráter de unos 2 kilómetros de anchura con otro cráter más pequeño en su interior que, aunque se considere un volcán dormido, aún hoy emite algunos humos.

El segundo pico es el Mawenzi, que con sus 5.149 metros de altitud es la tercera montaña más alta del continente africano. Está a unos 11 kilómetros aproximadamente al Este de Kibo y su punto más alto se conoce como Hans Meyer Point.

EL POSTEO DE SU HIJA

Por último, está el más antiguo y por lo tanto el monte más desgastado, el Shira que tiene 3.962 metros de altitud. Es una meseta relativamente plana cubierta en su parte norte y este de sedimentos del Kibo que llegan a través del aire.

Otra de las características por las que esta cumbre es famosa son sus 4.600 metros de desnivel existentes desde la base en el Valle del Rift hasta el punto más alto del Uhuru Peak. Esta curiosidad hace que el Kilimanjaro sea el pico más aislado del mundo creando así una de las fotografías más bellas del continente africano con su emblemática forma de montaña perfecta, que se puede ver desde varios cientos de kilómetros.

ALGO DE HISTORIA

El Kilimanjaro ha sido en la antigüedad la cuna de los pastores masai, ya que sus praderas y cursos de agua solían constituir una alimentación perfecta para los rebaños. Los primeros rastros de vida datan de unos 1000 años antes de cristo. Pero desaparece durante varios cientos de años y no es hasta el siglo XVI cuando los masais y los chagga se establecen en esta región.

Durante muchos años apenas aparecen menciones escritas sobre la montaña y solamente destacan sus cumbres nevadas. Hasta que en 1856 el Kilimanjaro fue representado por primera vez en la «carta limace», dibujada por Rebmann y Erhardt, despertando entonces la curiosidad de varios exploradores que intentaron varias ascensiones. Pero no es hasta 34 años después, en 1889, cuando el alemán Hans Meyer, el austriaco Ludwig Purtscheller, y el guía chagga Yohana Lauwo alcanzan la cima después de dos intentos que no pudieron completar.

La cumbre del Mawenzi fue alcanzada el 29 de julio de 1912 por los alemanes Fritz Klute y Eduard Oehler. La fragilidad de sus rocas hace que sea una tarea muy difícil. Los dos hombres aprovecharon la oportunidad para realizar el tercer ascenso del pico Uhuru. Frau von Ruckteschell se convirtió en la primera mujer en alcanzar el punto de Gilmann.

A principios del siglo XX, los alemanes empezaron a construir refugios en la montaña para facilitar el ascenso, pero cuando estalla la Primera Guerra Mundial se paralizan las subidas. Se vuelven a retomar a mediados de la década de 1920, cuando Richard Reusch volvió a subir encontrando un leopardo congelado, al que le cortó una oreja como prueba. La historia inspiraría a Hemingway para una de sus novelas. En 1927, un grupo de tres exploradores británicos fue encadenando ascensiones al Mawenzi y al Kibo, convirtiendo a Sheila MacDonald la primera mujer en escalar el Uhuru peak.

Desde entonces, muchas de sus rutas han sido trabajadas para facilitar las ascensiones y poder realizar la subida en apenas unos días. Actualmente está regulado por las autoridades de Tanzania lo que nos obliga a conseguir un permiso especial y a ir acompañado de guías profesionales.

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