jueves 28, noviembre, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

Periodista pampeano trabaja de guardavidas en Brasil y le salvó la vida a dos argentinos

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El conocido periodista y locutor piquense Diego Pregno hace pocos meses empezó a trabajar de guardavidas en las playas de Brasil, donde está radicado junto a su familia desde hace casi ocho años. A las pocas semanas de iniciar su nueva tarea, en las horas previas a la Nochebuena, rescató a dos hermanos argentinos que estaban a muy poco de ahogarse.





Pregno, quien trabajó en diferentes medios radiales, digitales y televisivos de General Pico, vive en el sur de Brasil, a donde se mudó con su pareja. Años más tarde, nacieron sus dos hijos, publicó el diario La Arena. 

Desde su llegada a Brasil, Pregno siguió con su trabajo ligado al periodismo y a ello le sumó otras tareas por fuera de la profesión. Hace algún tiempo sintió la curiosidad y necesidad de formarse de manera profesional para el salvataje de personas en el mar. En noviembre pasado terminó el curso de guardavidas y el 1 de diciembre ya empezó a trabajar.

«Esta es mi primera temporada trabajando de guardavidas en Bombinhas, en el sur de Brasil. El 1 de diciembre fue mi primer día de trabajo en la playa de Cuatro Islas y luego roto por las diferentes playas donde hay servicio de guardavidas. Si bien hace casi ocho años que estamos radicados en Brasil, esto comenzó como un deporte para mí. Empecé a nadar en el mar, casi sin experiencia, pero nunca se me había cruzado por la cabeza trabajar de guardavidas», contó el pampeano.

«Allá por 2019 deseé intensificar un poco más el entrenamiento en el mar y empecé a hacer un poco más de contacto con los guardavidas. Ellos ya sabían que yo no era un turista, sino un morador permanente y uno de ellos me propuso hacer el curso. En un primer momento la idea era un desafío personal, tener un conocimiento que me iba a servir para la vida, pero pasaron las semanas de entrenamiento y capacitación y el 29 de noviembre terminé el curso. El 1 de diciembre ya estaba en la playa trabajando», agregó.

Salvataje.

A poco de iniciarse en su nuevo trabajo, el piquense tuvo que afrontar algunas situaciones propias del trabajo habitual, pero «nada complicado». Sin embargo, a las 13.45 del 24 de diciembre pasado, 15 minutos después de haber comenzado su turno tuvo que realizar el salvataje de dos hermanos argentinos.

«Entré en servicio en el puesto B2 de la Playa de Bombas y a la 13.45 se dio el rescate que quedó caratulado como ‘ocurrencia’, eso quiere decir que tiene que quedar documentado. Estaba en unos mangrullos de madera con Bruno, otro guardavidas, también argentino, que me dijo que había dos bañistas que estaban cerca de la bandera, en una zona complicada, que le fuera a hacer una prevención», indicó.

 «Entonces comienzo a tocar el silbato para que se alejen de la zona de peligro y lo veo a Bruno que sale corriendo del mangrullo y salgo corriendo en dirección hacia los dos bañistas, que se estaban hundiendo. Me meto al mar, desenrollo el salvavidas, me coloco las patas de rana y comienzo a nadar en dirección a las dos personas que la estaban pasando mal. Llego al primero, me dice que podía flotar y me dice que el hermano estaba un poco peor. Cuando llego a la segunda víctima, él estaba bastante desesperado porque no hacía pie», relató.

«Fueron momentos de desesperación para él y traté de tranquilizarlo. Me di cuenta que eran argentinos, le pregunté de dónde eran y para sacarlo de tema le empecé a hablar de Messi y de la Scaloneta, para tranquilizarlo», agregó.

Trabajo.

Pregno contó que si bien durante el curso simularon maniobras similares, no se le había dado hasta el momento una situación real. «En el curso siempre lo hacés con un compañero que simula estar ahogándose, pero acá se daba la situación verdadera. En el medio del rescate le decía: ‘vamos que somos la Scaloneta’, y creo que ahí se tranquilizó bastante», recordó.

«Luego llegó un tercer guardavidas de apoyo y me ayudó con el remolque hasta la arena. Cuando salí del agua le pregunté si estaba bien y ahí terminó todo. Es un momento de adrenalina, pero cuando cayó la tarde y la gente se retiró de la playa, me di cuenta que le salvé la vida a una persona y que la noche del 24 de diciembre pudo estar sentada junto a sus padres», indicó.

Por último, dio cuenta que en la playa los bañistas muchas veces no perciben los peligros que implica el mar. «La idea era hacer esto como un desafío personal y espero poder continuar un par de años más», señaló.

«Hay que lidiar con 10 mil personas adentro del agua, siendo que somos 21 guardavidas durante todo el día para controlar una playa de dos kilómetros, los nenes que se meten con la planchita y el padre se pone a tomar mate y no percibe que hay un peligro. En un nene de 5 ó 7 años es muy peligroso y la mayoría de los rescates terminan siendo a escasos metros de profundidad», concluyó.

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