Siete futbolistas profesionales fueron acusados por fiscales estatales brasileños de arreglar partidos en el primer gran escándalo de esta calaña desde 2018 cuando Brasil legalizó las apuestas deportivas y según declaraciones, los delitos tuvieron lugar en 13 encuentros diferentes.
Un comunicado de la fiscalía informó que los procesados y llevados a juicio fueron Eduardo Bauerman del Santos, Víctor Ramos de Chapecoense, Gabriel Tota de Ypiranga de Rio Grando do Sul, Igor Carús de Sport de Recife, Paulo Miranda de Náutico, Matheus Gomes del Sergipe, y Fernando Neto del Sao Bernardo.
Además, Fluminense apartó de su plantel al marcador central Vitor Mendes por sospecha de manipulación.
Lo mismo hizo Cruzeiro con Richard, jugador que fue descubierto chateando con un apostador que le pedía que cometiera faltas o recibiera una amarilla para ganar la apuesta en los sitios online.
La parte que acusa alegó que hay una organización delictiva que le pagaba a los jugadores para que cometan infracciones dentro de los partidos en cuestión para luego apostar a esos resultados y lograr su objetivo en base a la cantidad de faltas consensuadas con los jugadores de los clubes.
Además, el grupo ofrecía hasta 500.000 reales (100.000 dólares) como pago inicial a los futbolistas.
2018 fue el año en el que se legalizó las apuestas deportivas en Brasil al permitir el juego en línea y, desde entonces, los anuncios de apuestas son a menudo destacados durante, antes y después de los partidos.
Por ello, y aún más con este escándalo, el estado brasileño está preparando actualmente leyes para regular el sector.
