jueves 28, noviembre, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

El «lawfare» y el rol de los medios, desafíos de los progresismos de la región, según analistas

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Los gobiernos progresistas de América Latina tienen la necesidad de establecer una nueva agenda sobre los pasos a seguir frente a los nuevos desafíos del siglo XXI, como la judicialización de la política y el rol de los medios de comunicación, evaluaron hoy analistas de la región.





«El siglo XXI es el periodo histórico hasta ahora más importante para nuestro continente. Es el que más gobiernos neoliberales ha tenido y los más radicales. Por eso ha sido el único continente que ha tenido gobiernos antineoliberales y muchos, y ha producido los grandes liderazgos del siglo XXI», afirmó el politólogo brasileño Emir Sader en la presentación del libro Historia Contemporánea de América Latina en la Casa Patria Grande de la Ciudad de Buenos Aires.

Por su parte, la politóloga y exsenadora uruguaya (2010-2015) por el Frente Amplio Constanza Moreira, autora de uno de los ensayos incluidos en el libro, consideró que los medios de comunicación y el Poder Judicial «son el nuevo combo pasivo» de la derecha que antes se valía de Ejército y la Iglesia para dar golpes de Estado.

Para Moreira, los liderazgos progresistas no solo transformaron la economía de sus países, sino que plantearon cambios simbólicos.

«Alcanzaba con ir a un encuentro diplomático de cualquier país y ver cómo cambiaba étnicamente la diplomacia latinoamericana», recordó la exprecandidata presidencial.

«Realmente fue un cambio. Hubo una gran circulación de élites y toda la subalternidad en política. Los pueblos originarios, las mujeres, los negros, todo eso entró de repente en la política. Ese es un cambio que más allá de la economía, es un cambio enorme», aseguró.

La política uruguaya defendió la necesidad de «sistematizar» todo lo que la izquierda latinoamericana hizo en un período que empezó en 1998, cuando Hugo Chávez ganó las elecciones en Venezuela, y terminó en 2015, con la llegada de Mauricio Macri al poder.

Moreira, que marcó como hito de la integración latinoamericana el «No al Alca» de 2003, en Mar del Plata, resaltó que se hicieron muchas cosas coincidentes de políticas laborales, inclusivas de los pueblos originarios y de los derechos de la mujer hasta que se agotó el ciclo económico de las commodities.

«Pero luego llegó el lawfare y la judicialización de la política», señaló.

Sobre el rol de los medios de comunicación, el filósofo argentino Ricardo Forster, también autor del libro, remarcó «la demonización» de Venezuela, que durante años fue «el monstruo», aunque hoy ya no esté en las noticias.

Sin embargo, consideró que el problema sigue estando y se expresa en la crisis que atraviesa el Gobierno chileno, donde luego de las masivas manifestaciones de 2019, la derecha controla casi el 60% de la convención constituyente, o en Argentina, en la crisis que está viviendo el Gobierno del Frente de Todos.

«Si no somos capaces de profundizar los proyectos transformadores y de dar respuestas genuinas a las demandas de los sectores populares, más temprano que tarde, el hundimiento de nuestros proyectos alimenta el monstruo de una derecha recargada y organizada», afirmó el también asesor del Gobierno argentino y docente de la Universidad de Buenos Aires.

Por su parte, el economista ecuatoriano René Ramírez Gallego, también autor del libro, consideró que hay una «disputa por la narrativa en América Latina» sobre lo que fueron las últimas décadas, especialmente sobre el lugar de los gobiernos progresistas.

«Generalmente, el nivel de producción de esa narrativa en los medios de comunicación, sistemáticamente, diariamente, se opone a gobiernos como el de Néstor y Cristina (Kirchner), de Rafael (Correa), de Lula, etc.», evaluó Ramírez Gallego, para quien es primordial que los progresismos de la región establezcan una nueva agenda.

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