El juez de audiencia de Santa Rosa, Andrés Olié, condenó hoy a Aníbal Ricardo Salvini a cuatro años de prisión de cumplimiento efectivo, por el delito de robo agravado por el uso de arma, atenuado por no haberse podido determinar el carácter de la misma (arma de utilería). Además dispuso su inmediata detención una vez que el fallo quede firme. Actualmente se encuentra detenido bajo la modalidad de arresto domiciliario con tobillera electrónica.
Con las pruebas presentadas durante el juicio oral, el magistrado dio por acreditado que el 7 de diciembre pasado, luego de las 1.37 de la madrugada, el damnificado y Salvini –un changarín de 26 años– “entablaron una conversación vía Facebook, negociando la venta de un teléfono, lo cual finalmente ocurrió, concertando su entrega en la vía pública, en la esquina de Chile y México, en Santa Rosa”.
La víctima llegó al lugar en la moto de su padre y “con el dinero para realizar la compra, momento en el cual se acercan el acusado y una mujer que no pudo ser traída al proceso”, dice la sentencia. “Luego de un breve intercambio, el imputado esgrimió un cuchillo de 20 centímetros de hoja, se lo apoyó en el cuerpo, le exigió la entrega del dinero (1.100 pesos), lo hizo caer del vehículo y lo persiguió con el cuchillo, razón por la cual (el agredido) se alejó del lugar, viendo cómo el acusado y la mujer se retiraban a bordo de la moto”, añade.
El acusado dio una versión diferente: aseguró que esa noche cenó en la casa de una tía y que le comentó que quería vender el celular porque ese día había lavado autos y no había reunido dinero suficiente. Pero que al llegarle un mensaje ofreciéndoselo comprar, la tía le aconsejó que no lo vendiera y le prestó plata. El después se quedó allí hasta casi las 2.30 (una hora después de sucedido el robo) y se fue caminando a su domicilio, donde lo halló la policía. La tía convalidó parcialmente esos dichos, pero acotó que ella se fue a dormir a la una. La víctima, en una rueda de reconocimiento, señaló a Salvini como el autor del delito.
Durante la audiencia, la fiscala Leticia Pordomingo había alegado para que Salvini sea condenado a siete años de prisión como autor del robo agravado por el uso de arma; mientras que el defensor oficial, Pablo de Biasi, requirió que su defendido sea absuelto por entender que no se probaron los hechos y, subsidiariamente, pidió que el hecho sea calificado como robo simple y que se aplique el beneficio de la suspensión de juicio a prueba (o probation).
Olié, teniendo en cuenta que el cuchillo no pudo ser hallado, aplicó el beneficio de la duda a favor del reo y por eso habló de una atenuación (del robo agravado por el uso de arma) al fijar la calificación legal de lo ocurrido.
Al fijar la pena –con un mínimo de 3 años y un máximo de 10–, consideró que “existió una preordenación en la conducta de Salvini, lo cual se observó especialmente al convocar a la víctima y solicitarle específicamente -y en dos ocasiones- que fuera solo al lugar, lo cual naturalmente lo colocaba en una situación de vulnerabilidad”.
También valoró como agravante la “gran dosis de peligrosidad en las acciones llevadas a cabo por el acusado”. Remarcó que “la utilización del arma no se limitó a su sola exhibición –lo cual pudo haber sido suficiente para consumar el hecho–, sino que Salvini le apoyó el cuchillo (“al costado de la panza… me quiso apuñalar”, dijo el damnificado en el juicio) y, posteriormente, ante su huida, lo persiguió insistiendo en su actitud agresiva a pesar de que ya había consumado el robo”.