Romina Ferrán está dando clases virtuales de inglés a un alumno de Alemania, mientras Sergio Martino acondiciona el camión de bomberos que adquirieron en agosto de 2020 y denominan Ernesto, y el perro Perseo está atento a todo lo que ocurre alrededor. Instalados en el Complejo Polideportivo Municipal, están proyectando regresar a Merlo (San Luis) porque Sergio comenzará su temporada laboral, y después continuarán recorriendo el país para sumar material para volcar en los libros que proyectan editar. Y anticipan que la primera compilación serán historias de la Patagonia.
«La vida nómade no te permite proyectar a largo plazo, porque te proponés salir hacia un sitio, pero se rompe algo…pero sí tenemos un horizonte y lo queremos alcanzar… es continuar viviendo de esta manera, pero no estamos de vacaciones, solo tenemos una casa que se mueve y cambiamos de entorno», explica Romina, y ejemplifica que de lunes a viernes de 16 a 24 horas, dicta clases virtuales a sus alumnos.
La entrevistada es profesora de Inglés y Sergio es guía turístico. Son oriundos de Buenos Aires, pero hace más de 25 años que residen en Merlo (San Luis). Y desde hace un año y medio recorren el país en un Mercedes Benz 1017 AF 4×4 con motor de seis cilindros modelo ’89.
¿Qué es Casa Puente?
El camión en sus laterales tiene la inscripción Casa Puente, como se denomina el proyecto que llevan adelante. «Es una casa nómade compartiendo mundos. El fin de nuestro proyecto es ponerle luz a los pequeños mundos, visibilizar las historias acalladas, ponerle voz a las voces profundas», explica Romina.
«Por lo general nos movemos por la periferia y vamos haciendo entrevista, compartiendo sentires propios y de los entrevistados y experiencias y paisajes».
Ernesto, como denominan al camión, lo adquirieron «en plena pandemia» en agosto de 2020, y tras acondicionarlo «en una casa nómade», comenzaron a recorrer el país.
«Esta forma del proyecto fue una mutación del transitar de la vida nómade, porque te exige una innovación constante para decidir sobre la marcha, y si estás atento a lo que sucede en cada lugar donde vas, hace que el proyecto mute y cambie. Hoy escuchamos historias porque hemos cosechado una gran necesidad de compartir sentires en los pueblos más pequeños, que es la gente más visibilizada ni está en los medios ni en las redes sociales, pero esa gente tiene un caudal de sentires que sale de cosas que la gente quiere contar del lugar donde nació o elige para vivir», explicó la entrevistada.
Hoy en su cuenta CasaPuente_ en Instagram difunden material, pero el objetivo es publicar «un libro con estas historias de Argentina, pero inicialmente serán historias de la Patagonia, porque tenemos mucho material. También tenemos intenciones de hacer un podcast con las entrevistas, para narrar las historias de los entrevistados».
Deseo de viajar.
«Hemos tenido la suerte y privilegio, por nuestros trabajos, de haber recorrido todos los continentes y haber conocido un poquitito del mundo en cada lugar. Siempre tuvimos el deseo de viajar», explican.
Arribaron a Eduardo Castex para entrevistar a Jorge «Cacho» Fortunsky, el artesano que construyó los dinosaurios del Parque de la Prehistoria de Eduardo Castex. «Mucha gente nos invitó a venir y nos habían hablado del Cucú y el Parque de los Dinosaurios», recuerdan.
«Historias increíbles».
«Hay muchas historias que nos sensibilizaron, pero hay una historia que nos cambió la forma de contar», recordó Romina.
Y recordó que recibieron mensajes para que entrevisten a un joven que había restaurado, en la localidad riojana de Alto Jague, el molino harinero de su abuelo. «Cuando fuimos el molino estaba funcionando, él estaba proveyendo de harina a su propio pueblo y vendía afuera. Hicimos una entrevista hermosa y cuando terminó la nota nos abrazamos y lo felicitamos porque restauró el molino de su abuelo, pero ahí me dice que no, que no era el molino del abuelo, sino que su abuelo era esclavo en ese molino», narró. «Le preguntó porque no me lo había contado en la nota, no me lo supo explicar y a partir de ahí decidimos no grabar más las notas, sino dejar todo en una conversación», agregó.
También se expresó conmovida por un increíble episodio que pasó hace más de un siglo. «La historia de la huelga del 21 en Santa Cruz, donde hubo un fusilamiento masivo de peones que estuvo acallado durante más de 103 años, y recién este año comienzan los juicios y todavía está en vigencia el mantenerlo en secreto, y es terrible que no se sepa y está bueno que se conozca», destacó.
-¿Qué perciben en esta recorrida por el país y el contacto con los entrevistados?
-En esta era es más importante escuchar, porque todos opinamos y las redes permiten detrás de las pantallas la impunidad de decir cualquier cosa, y nosotros pretendemos abrir un espacio donde se escuche lo que dice el otro.
-¿Cómo ven hoy el país?
-Lo veo muy complicado. Estamos pensando en armar un resumen para sintetizar el objetivo de nuestro proyecto. Casa Puente es un espacio donde hay un compromiso con la escucha y la sensibilidad, y no hay espacios para la violencia y la crueldad, y hoy Argentina está atravesando un momento donde el intercambio tiene que ver con mucha violencia, falta de sensibilidad, falta de empatía y un discurso muy cruel.