jueves 28, noviembre, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

García: «Los viejitos que quiere liberar Villarruel fueron terribles asesinos seriales»

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 «No quiero ofender la investidura, pero (la vicepresidenta Victoria) Villarruel quiere liberar a los genocidas, mandar a los viejitos a la casa porque tienen achaques, pero fueron terribles asesinos seriales. Y esta chica no tiene ni idea de lo que está diciendo, porque esos hechos (que atribuyen a Montoneros) están todos prescriptos. Ojalá hubieran hecho juicios, en vez de tirarlos al mar», expresó el arquitecto castense Miguel Ángel García.





Radicado hace décadas en Santa Rosa, García recordó que fue militante de «La JP» en la década del 70, y estuvo preso siete años, dos meses y tres días. «Mi compañera también, así que entre los dos, sumamos más de 15 años de presidio», expresó risueñamente. Hijo del ex senador nacional Justino «Pampero» García y hermano de Sergio, el joven castense acribillado en Berisso por la Triple A, en los meses previos al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.

Para García, la propuesta de la vicepresidenta Villarruel para enjuiciar a los militantes de Montoneros, es extemporánea, porque considera que los jerarcas de la Dictadura militar tuvieron que «juzgaron a esos chicos de 20 años en su momento, en vez de arrojarlos al mar».

«Todo el mundo reclamaba que los juzguen, porque si tenés un delito o una duda sobre alguien, lo mejor es hacerle un juicio justo… me imagino a esas monjitas francesas cayendo del avión en el mar o esas madres que buscaban a sus hijos y las agarraron en una iglesia y las tiraron en el mar, o las fosas comunes, los robos de bebés… eso le sucedió a toda la sociedad, no solamente a un grupo de inadaptados», expresó.

«Resulta que se pasaron siete años matando gente, y ahora quieren enjuiciar cosas que pasaron 50 años atrás», planteó molesto el entrevistado. Y contrapuso que los genocidas fueron condenados en juicios que «son ejemplares en el mundo» y algunos «tienen 20 condenas perpetuas» porque «utilizaron el impresionante aparato del Estado para masacrar a chicos de 20 años, a los que no le preguntaban nada, solamente les robaban las propiedades, les robaban los bebés, le quitaban la vida y mataban a muchos de sus familiares».

Humor y diferencias.

«Nosotros luchamos alegremente para conseguir derechos y ellos odian perder privilegios», recordó García. «Nosotros teníamos una moral tremenda porque sabíamos que estábamos en una lucha justa…en la cárcel estábamos muy organizados, nos comunicábamos con las manos o con Morse. Pero la pasamos muy mal porque nos querían destruir psicológicamente», recordó. «Pero, no veo compañeros de esa época que anden llorando o lamentándose, porque el humor era parte de la resistencia», enfatizó.

El militante de «La JP» explicó que con Montoneros «teníamos los mismos ideales, pero no coincidíamos con los métodos. Dentro de la JP había diferencias, porque se asumían distintos niveles de violencia para recuperar la democracia que hoy no la podemos entender, pero si hoy viene una dictadura en Argentina hay sectores que la van a enfrentar».

-García, entiendo que no se sentía identificado con Montoneros.

-Nosotros aceptábamos que había una conducción que hablaba con Perón donde establecían pautas políticas organizativas, pero nosotros estaban en las estructuras barriales como JP. En esa época había una movilización permanente de lucha ascendente. No es casual que hayan matado 30 mil personas, o que muchos más se hayan ido al exilio o al exilio interior como vinieron muchos a vivir a La Pampa para que no los mataran. Había una ebullición muy fuerte donde se dirimía lograr que haya Justicia y transformación social, Pero, nosotros perdimos esa lucha y algunos fuimos a la cárcel y otros fueron matados por esos asesinos seriales desatados.

-El gobierno se desligó de la propuesta de Villarruel, a veces parecen que se tiran temas para ocultar la crisis económica y social que atraviesa el país.

-Hay cosas que son para distraer, pero esto no es para distraer. Tratar de largar a los genocidas, es volver a editar situaciones de la violencia estatal que ya vivimos. Porque en qué cabeza cabe garrotear a los jubilados que iban a reclamar por un aumento que equivale a tres kilos de pan, y esa ley será rechazada por Milei. Garrotean a personas de 70 u 80 años ante toda la sociedad, porque la única política para mantenerse en el poder es imponer el miedo en la gente. Entonces la gente antes de ir a una manifestación, lo piensa dos veces. Como ocurrió en la década del 70 nuevamente pretenden impartir terror.

-¿Este modelo económico solamente cierra con represión?

-Sí, exactamente. Hoy estamos viviendo una nueva tragedia en Argentina porque hasta se llevan el oro y ningún fiscal interviene…tenemos personas lamentables que son saqueadores, no tienen identidad nacional, no les importa el país, solo quieren que seamos una colonia y que no nos desarrollemos como potencia.

La gente se va a cansar de este saqueo y extranjerización y habrá una lucha, porque la gente ya no puede resistir porque no le puede dar de comer a sus hijos. La violencia la imponen los poderosos contra el pueblo desvalido y trabajador.

«Me buscaban a mí».

Miguel Angel García partió de vacaciones a Misiones, y al día siguiente una patota irrumpió en la pensión universitaria que compartía con su hermano Sergio, quien estudiaba Ciencias Veterinarias en la Universidad Nacional de La Plata. El cuerpo fue encontrado por un sereno del frigorífico, con panfletos del Partido Peronista Auténtico pegados con su sangre al cuerpo, en una muestra de alevosía y espectacularidad. Los escuadrones de la CNU -Concentración Nacional Universitaria- concebían lo morboso como mensaje político.

«Entraron, la torturaron (a mi cuñada) para les diga dónde estaba yo, y yo justo el día anterior me había ido de vacaciones a Misiones. A mi pobre hermano lo ejecutaron antes del Golpe de Estado, fue una sistematización para que la gente pida que vengan los militares, porque esas patotas las conducían desde Inteligencia de las Fuerzas Armadas que centralizaba la información», recordó.

«Me buscaban a mí, pero mi pobre padre siempre pensó que él fue el responsable, porque lo tenían catalogado como un referente popular con ideas del peronismo revolucionario», expresó.

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