En mundo de los “rodanteros” está cargado de historias y de anécdotas risueñas –y otras no tanto-, pero fundamentalmente reina la camaradería y los deseos de “conocer” y “compartir” momentos con desconocidos, donde puede –o no- florecer una amistad. Un porcentaje -muy elevado- optó por este modo de vida después de la pandemia de la Covid 19, que marcó a la humanidad con el encierro, la vulnerabilidad ante agentes externos y –en el peor de los casos- la pérdida de seres queridos. En el encuentro que se desarrolla en Eduardo Castex se concentraron 84 vehículos de nueve provincias y permitió conocer algunas “historias” para compartir con los lectores.
El predio ubicado en el cruce de ruta nacional 35 y ruta provincial 102, este fin de semana está repleto de kilómetros e historias. Algunos arribaron desde Río Gallegos y volverán a sus casas recién dentro “tres o cuatro meses”, otros están recorriendo “las postas” porque realizarán un “casamiento en caravana” bajo el ritual mapuche en El Bolsón; también están quienes se dedicaban a la radiofonía, se fueron a vivir a otra provincia y regresaron para este encuentro y algunos decididamente ya son “viajeros nómades” que optaron por vivir en un motorhome.
Los rodanteros se movilizan “como pueden”. Hay colectivos de líneas urbanas que se han convertidos en cómodos motorhomes, una combi que se “unificó” con una casilla rodante, pero también hay quienes viajan en casillas “bolitas” y otros con algunas más grandes. Mayoritariamente tienen nombre, y llevan una leyenda o frase que seguramente marcó a su propietario en algún momento de su vida.
Los motorhome cuentan con todas las comodidades que están al alcance y la imaginación del propietario, y cada familia lo adapta a sus comodidades y necesidades, porque hay quienes realizan “home office” mientras recorren distintos paisajes del país. Pueden contar con paneles solares que los abastece de energía eléctrica, disponen de internet satelital y hasta una máquina de lavar de 5 kilos que está diseñada para estos rodados.
Un abogado y una administrativa transformaron un colectivo en una cómoda casa, pero además lo idearon para que funcione un bar itinerante –incluso con un deck-, que cuenta con ornamentación y comercializan un gin artesanal que ellos mismos producen.
HISTORIAS DE ACÁ Y DE ALLÁ
Tres familias partieron desde Río Gallegos y Comodoro Rivadavia hacia Eduardo Castex, y regresarán a sus residencias “recién en tres o cuatro meses”.
Victor Hugo Pichumane relató que este domingo continuará viaje a Córdoba para visitar a familiares, y en octubre se encontrarán con otras dos familias de viajeros para cruzar hasta Rancagua (Chile), donde los esperan los rodanteros de allá para continuar la travesía.
“Criamos los hijos, malcriamos a los nietos y ahora nos toca vivir a nosotros, y regresamos cuando empezamos a extrañar a los nietos”, sintetizó.
Mientras preparan el asado, relata que habitualmente participan en encuentros rodanteros y visitan a todos los participantes, porque les gusta “conocer gente, historias y hacer amistades”.
LA HISTORIA DE “LA CARACOLITA”
Silvia Benito y Duilio Encinas vivieron 38 años en Winifreda, sus hijos los incentivaron a instalarse en Córdoba. Una enfermedad -y el stress- los llevó a buscar “otra forma de vida”.
Duilio compró un colectivo de línea de Carlos Paz, y armó un cómodo y prolijo motorhome. Y ahora recorren el país. “Salimos y no sabemos cuándo volvemos, estuvimos hasta tres meses fuera de casa”, relatan.
Mientras toman mate con Cristina de San Antonio Oeste, relatan sus vivencias. Duilio siempre quiso ser “rodantero”, pero recién casados Silvia lo sentenció: “No soy caracol para llevar la casa a cuesta”. Hoy sus amigas le apodan “la caracolita”, y se arrepiente de no haber comenzado “a recorrer el país 40 años atrás”.
EL LONDON DRY, EL GIN ARTESANAL Y CASAMIENTO “SOÑADO”
El “London Dry” es un colectivo de esos MB 1114 que marcaron historia, pintado color verde militar que llama la atención, pero la charla con Carla Santibañez y Pablo Marzón es aún más atractiva.
Él es abogado y sommelir, ella administrativa de una empresa proveedora de internet y chef. Producen un gin artesanal, que comercializan en el bar móvil adaptado, que cuenta hasta con un deck. Artesanías realizadas por el padre de Pablo e indumentaria adaptada, son parte de la estética de los viajeros para atender a sus clientes, en los sitios donde les permiten trabajar.
La pandemia los replanteó. Pablo ya está dejando lentamente la abogacía, y Carla está próxima a la jubilación. Se conocieron en el secundario, porque ella organizó el Centro de Estudiantes, y fue a buscar a Pablo “porque era el chico lindo del colegio” para conseguir el voto de las chicas. Pablo quedó flechado. Pero Carla se hizo rogar….30 años.
Ahora están planificando un “casamiento en caravana” desde Mercedes hasta El Bolsón. ¿Cómo será?…bueno, relatan que el viaje tendrá siete postas, y una será en General Acha. Los amigos irán en motorhome, motos y autos particulares. Y cada parada tendrá una temática para encontrar una versión distinta de cada asistente: una noche de pelucas, otras de charlas con un extraño, una para cambiarse de género, otra de teatro, un velada de recital y en Conflucencia será “el rapto de la novia” en la antesala del casamiento con el ritual mapuche.
“Pensamos en un casamiento al cual nos gustaría que nos inviten”, sintetizan.
VIAJEROS NÓMADES
La castense Claudia Becher y el santarroseño Daniel Zorzi, son uno los quince inscriptos locales que participan en el encuentro de rodanteros, y pese a que hace tres años que viven arriba de un motorhome, este fue el debut en un encuentro de viajeros.
“¿Por qué elegimos vivir en un motorhome?, porque la pandemia nos cambió la idea de la fragilidad de la vida, algunas situaciones que nos movilizaron porque perdimos personas cercanas y decidimos salir de la rutina y el stress”, explicaron.
“Nos dimos cuenta que se puede salir de las estructuras y mandatos que te establecen que debes trabajar hasta jubilarse, tener casa de material…nosotros tenemos una casa con ruedas, y es chiquita pero nuestro patio es todo el universo”, destacaron.
Y si bien en principio proyectaban “solamente” recorrer el país, amigos viajeros los invitaron para realizar un viaje a Colombia el próximo año…y ya están armando el itinerario para estar presente en tierras cafeteras.
CALIDEZ Y DESPEDIDA
Seguramente hay muchas más historias, más o menos atractivas, entre el resto de los participantes. El dato importante es que muchos «pasaron por La Pampa», pero «nunca se habían detenido», y todos coinciden en destacar «la calidez» de los pampeanos. E incluso algunos se entusiasman con regresar el año próximo.
Y mientras continuarán recorriendo las rutas argentinas, quizás hasta parafraseando la canción de Axel: «Lleva poca carga, a nada te aferres, porque en éste mundo, nada es para siempre».