Un cura británico de 69 años, Andrew W., falleció durante una fiesta de sexo y drogas en Bélgica, donde estaba de visita por la llegada del papa Francisco. Su amigo, el cura belga Bernard D., de 60 años, fue arrestado por tráfico de drogas tras llamar a emergencias cuando Andrew se desmayó.
Murió drogado con éxtasis y poppers en una fiesta sexual
Según precisaron fuentes oficiales, ambos habían consumido éxtasis y poppers antes de que Andrew muriera, aunque la autopsia no fue concluyente.
Como era de esperar, la noticia causó conmoción en la comunidad, donde Bernard era un sacerdote querido, pero ahora enfrenta un futuro incierto en su ministerio debido a la situación. “Me temo que nunca más podrá ejercer su profesión de pastor, porque ahora está marcado con un sello del que nunca podrá deshacerse”, comentó un feligrés. Por su parte, un vecino todavía sorprendido por la noticia, declaró ante la prensa: “Por lo general, los sacerdotes se encierran en sí mismos y, por supuesto, también tienen necesidades. Es un desastre que retraten al párroco bajo una luz tan desfavorable”.
Asimismo, otro sacerdote indicó a un medio local que “no noté nada. Nadie era consciente de su orientación, de su doble vida. Aparentemente, es un hombre con dos caras”.
«Nuestro sacerdote es amado por todos. Pero en lo que respecta a su vida privada, nunca se filtró nada. Lamento que haya tenido que ocultar su orientación sexual toda su vida”, concluyó otra mujer en diálogo con Het Laatste Nieuws.