Las últimas dos ordenanzas Tarifarias sancionadas por el Concejo Deliberante (CD) de Eduardo Castex totalizan aumentos del 457 por ciento: 150 por ciento en 2024 y ahora en 2025 subirán 107 por ciento inicialmente y otro 100 por ciento con aumentos trimestrales del 25 por ciento. Y quedará otro 100 por ciento del “subsidio” que seguramente se descontará en 2026.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), de enero a octubre el índice inflacionario fue del 107%, lo que significa que –para el organismo oficial- este año el índice inflacionario cerrará por debajo del 120 por ciento. Aun sumando el desmedido 25,5 por ciento de aumento de diciembre de 2023, cuando asumió Javier Milei, la inflación no alcanzaría el 150 por ciento.
Para 2025 el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el último informe difundió –un optimista- índice inflacionario del 45 por ciento. Pero, los contribuyentes castenses tendrán que afrontar un aumento superior al 200 por ciento en las tasas municipales.
En diciembre de 2015, el economista macrista Alfonso Prat Gay creó el denominado “índice pizza”, cuando durante los tarifazos de los costos de la luz y gas, tomó como referencia el precio de la pizza para justificar las subas. En la última sesión, la concejala oficialista María Romero utilizó el “índice caramelo” para justificar el desproporcionado aumento de las tasas municipales.
Con una puesta en escena que resultó tan indignante y hasta repudiable, tomó una bolsa de caramelos que yacía sobre la banca, agarró un caramelo para indicar que cuesta 70 pesos y que los frentistas abonarán “13 caramelos” por día por diez servicios municipales. Claro, ahí no incluyó, por ejemplo las licencias comerciales.
Y cuando terminó el discurso irónicamente le convidó caramelos a sus compañeros de bancada, quienes aceptaron gustosos y los degustaron después de la sesión legislativa.
Los hechos y datos oficiales indican que el oficialismo castense está aplicando aumentos que superan holgadamente los índices del Indec, pero en contraposición quizás le están faltando caramelos para que los contribuyentes afronten los agridulces tributos municipales.