lunes 20, enero, 2025, Eduardo Castex, La Pampa

Planco

Interna o candidato oficial: ¿el PJ podrá en 2025 romper la maldición que lo persigue? (*)

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Pj Concentracion Manifestantes Santarosa 27agosto2022

Como una maldición, aunque en política no hay lugar para la superstición, el peronismo afronta nuevamente las legislativas nacionales 2025 con la posibilidad de que las diferencias y el pase de facturas internas tiren abajo su performance en las urnas como ocurrió en las últimas elecciones similares. Ahora con un condimento: la irrupción de Javier Milei que tendrá su propio candidato.

Legislativas en baja

En las elecciones legislativas nacionales de 2025 se renovarán en La Pampa tres cargos de diputados nacionales, hoy bancas que están en manos del Partido Justicialista, la UCR y el Pro. Es un distrito «chico» y, como analiza el politólogo Facundo Cruz, los pocos cargos en juego comprimen la competencia con un sistema de partidos concentrado, con pocos actores y que tiende al bicoalicionismo. Así fue tradicionalmente, pero esta vez, parece que va a haber una elección de tercios entre el PJ, los libertarios y la UCR (falta ver donde definirá ir el Pro).

Esta ha sido la dinámica que observamos en seis de las últimas siete elecciones (de 2011 a 2021) para los cargos de diputados nacionales. El oficialismo provincial, el PJ, se enfrentó a una oposición unificada, la UCR, el Pro y aliados menores, desde 2015. La distribución de las bancas en juego se dio entre ambas listas en una elección polarizada donde más del 80% de los votos positivos se repartieron entre ambas listas. Hasta que en 2023 se presentó como candidato a presidente Javier Milei y rompió todo el molde de la política tradicional.

Hay otra dinámica electoral que se fue profundizando con el correr de las elecciones y que es la «maldición del peronismo». En las votaciones intermedias (2013, 2017 y 2021) cuando la lista de diputados nacionales no está «atada» a la de presidente y vice, la performance electoral del peronismo se derrumba. Por un lado porque está mejor posicionada a nivel nacional la lista que compite contra el peronismo (2017 y 2021). Pero sobre todo se debe a que en estas votaciones afloran las diferencias internas entre sectores del justicialismo con el Gobierno de turno que recisnten la lealtad partidaria como ocurrió en 2013 con Oscar Mario Jorge y en 2021 con la lista impulsada por Sergio Ziliotto.

En ambas elecciones, el peronismo perdió un legislador de los dos que ponía en juego. En el caso de 2021 fue la primera vez que el PJ perdió una elección general intermedia desde 1985. En el caso de 2017, el PJ perdió las PASO y se pudo recuperar para las generales ganando por menos de un punto a la lista de Cambiemos, en momentos en que era presidente Mauricio Macri y se dio la «ola amarilla» cuando el gobierno nacional tenía respaldo electoral. Pero la salvó por décimas.

En el caso de las elecciones en las que también se elige presidente y las boletas fueron unidas  (2011 con Cristina Fernández como candidata del peronismo, 2015 con Daniel Scioli y 2019 con Alberto Fernández), el PJ ganó las PASO y las generales en La Pampa, incluso cuando el candidato del peronismo a nivel nacional no tuvo una buena performance como ocurrió en 2015 con Scioli.

¿Un candidato «oficial» o liberar la interna?

El dilema que siempre surge en el peronismo en las legislativas nacionales es si es mejor impulsar desde el Gobierno un candidato «oficial», o dejar que corra la interna entre varios precandidatos. En el primer caso, tiene la ventaja de que se busca cierta unidad del voto partidario, aunque haya quienes quieran cobrarse las diferencias. En el segundo, hay más movilización, pero puede surgir un candidato «débil» que no reciba el apoyo de los otros sectores en la general y puede dejar heridas a futuro.

Ya hay algunos anotados para presentar listas. El marinismo quiere renovar su cargo y debe demostrar que todavía tiene capital política ya sin su conductor histórico, La Cámpora disminuida en sus filas, quiere aprovechar que Cristina Fernández es la presidenta del PJ nacional. Habrá que ver qué hacen los otros sectores que buscan mostrarse hacia 2027 como los intendentes de General Pico y Santa Rosa. Y cuál será la definición del Gobierno provincial con Sergio Ziliotto a la cabeza, si impulsará una lista «oficial» o no como en 2021 y 2023. También está pendiente cómo jugará el ex gobernador Carlos Verna y el vernismo, que en 2013 y 2021 «echó para atrás» a su tropa para desgastar el voto a la lista oficial en su estrategia de «cancelar» a candidatos que no tuvieron su aprobación.

En 2025, el peronismo no solo tendrá que sortear el campo minado de su interna. Esta vez tiene como agregado la disputa contra el voto libertario espontáneo ante una elección que se va a nacionalizar y en la que la boleta de Milei podría capitalizar sus índices de popularidad con un piso del 30%, lo que le aseguraría un diputado propio de La Pampa.

Con ese escenario complejo, la maldición electoral del peronismo pampeano parece sobrevolar una vez más su futuro inmediato.

(*) Por Norberto G. Asquini (periodista)

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