El kirchnerismo comenzó a gobernar Santa Rosa. Toda una novedad de los nuevos tiempos políticos en La Pampa. Un proyecto que se irá construyendo en la gestión en una ciudad indomable que ha expulsado intendentes desde 2003.
Hagamos un poco de historia para poner en perspectiva el nuevo gobierno municipal de Santa Rosa. El kirchnerismo, dentro del peronismo pampeano, está por primera vez en el poder. La primera experiencia de gestión fue en Telén, con Saúl Echeveste. En una localidad pequeña, un jefe comunal que se manifestaba abiertamente de La Cámpora en momentos de la avanzada macrista contra todo lo K, tuvo éxito y logró la reelección. Pero en La Pampa el kirchnerismo real está naciendo, ahora que Luciano di Nápoli gobierna la principal ciudad.
Hubo un kirchnerismo periférico desde la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia en 2003 que fue opositor al PJ tradicional, y cuando comenzó a gobernar CFK un kirchnerismo institucional cuando La Cámpora logró dos bancas en la Cámara de Diputados, más allá de la heterogeneidad de agrupaciones que lo conformaron siempre. Hubo una derrota en 2015, la caída en el llano y el resurgimiento en 2019 en su alianza con el vernismo.
Ahora, al frente de la gestión de la capital provincial con el voto esperanzado de mayo, estamos ante la construcción del kirchnerismo real: un proyecto que se identifica con CFK, que aglutina a todas las expresiones K más allá que al frente están las y los referentes de La Cámpora y que es un aliado del PJ tradicional y respalda al gobernador Sergio Ziliotto.
Gobernar, tarea nada fácil
Estamos ante un proyecto político en construcción en una ciudad indomable que demanda soluciones. Desde 2003 las y los votantes santarroseños han expulsado una y otra vez a sus intendentes. La reelección ha sido imposible. El péndulo va de un lado al otro, del oficialismo a la oposición, en un puñado de años, llevando así a la alternancia entre el PJ y la oposición encabezada por los y las radicales. Un voto volátil en una ciudad que pierde pronto la paciencia ante las malas administraciones que se han sucedido. Hasta una gestión que podemos considerar con cierto éxito como fue la del radical Francisco Torroba entre 2008 y 2011 (un gobierno frentista, que propuso proyectos, saneó la administración y no tuvo grandes conflictos) terminó derrotado por el peronismo. Los gobiernos que le sucedieron fueron cayendo por malas administraciones. Luis Larrañaga del PJ y Leandro Altolaguirre de Cambiemos-Juntos por el Cambio empezaron con grandes ideas y se fueron desarmando en el camino golpeados por la falta de gestión, conflictos innecesarios e internas propias.
Desafíos y bases de una gestión
El intendente di Nápoli estará al frente de esa ciudad que lo legitimó en las urnas con más del 51% de los votos. Están puestas las expectativas en sus primeros pasos y goza de su período de gracia. La conformación de su gabinete ha sido abierto a todo el kirchnerismo en sus distintas variantes. Algunos dirigentes peronistas con una mirada crítica al kirchnerismo, ya no los anti-K de la oposición, afirman al autor que el nuevo proyecto puede estar tensionado por un lado por alguna tendencia pasada al sectarismo. Desde adentro responden con el espíritu de colaboración que reina en los primeros días entre las distintas áreas. Se asiste a cierta «primavera» kirchnerista, a cierto aire de cambio, donde está todo por hacerse. Pero también basado en una relación construida con el vernismo en lo político y electoral que llevó a la distención de las relaciones con los distintos sectores internos. Y a la forma en que se amalgamó a los diferentes kirchnerismos, que no siempre coincidieron en sus estrategias.
La otra tensión será entre propuesta y realidad. Si el kirchnerismo en los espacios legislativos que ocupó fue impulsor de proyectos de avanzada durante la presidencia de CFK, habrá que ver hasta dónde podrá innovar en la gestión y hasta dónde la realidad de una ciudad devastada y un país en crisis les pondrá límites. Sin embargo, desde la gestión di Nápoli resaltan que estarán respaldados por un Concejo que dominan claramente y una oposición desmembrada, pero también por un gobierno nacional y una provincial que los apoya, no solo políticamente sino con recursos que han sido prometidos -y anunciados en las últimas horas con cifras millonarias-, y con los cuáles tiene la mejor relación.
El kirchnerismo real está en marcha y dando sus primeros pasos. Un proyecto político nacido de la renovación del PJ e impulsado por la vuelta del peronismo al poder en el país. La sociedad santarroseña estará pendiente de su marcha. Tiene ante sí el desafío de reparar una ciudad devastada, demandante, compleja.
(*) Por Norberto G. Asquini (periodista e investigador)