El arquero de Deportivo Argentino de Quemú Quemú, Sebastián Re, quien agredió brutalmente al futbolista de Agrario Argentino de Parera, Iago Gómez, provocándole la perdida de cuatro piezas dentarias, fue suspendido 12 fechas por la Liga Pampeana de Fútbol. La sanción fue considera «leve», y generó indignación en todo el ambiente del fútbol pampeano, especialmente porque fue un golpe de puño a traición, contra un juvenil y de parte de un jugador con un antecedente similar.
Entre las muestras de enojo por la sanción, la más destacada fue la de la familia del jugador agredido, que se lamentó por el accionar del Tribunal de Penas de la Liga Pampeana y se preguntó si la integridad física de un futbolista juvenil vale sólo 12 partidos. «¿Vale tan poco la integridad de un jugador joven?», señaló la familia en una publicación, y alertó porque no se trató de «una simple infracción deportiva», sino de «una agresión física que deja secuelas de por vida».
La cobarde agresión se produjo el domingo 15 de junio en el estadio «Manuel Rodríguez» de Parera, donde el local Agrario Argentino derrotó 1 a 0 a Deportivo Argentino de Quemú Quemú por la cuarta fecha de la Liguilla de Primera B de la Liga Pampeana de Fútbol.
Sobre el final del encuentro, el arquero castense Re agarró la pelota en su área, sacó hacia adelante y cuando giró le dio un tremendo puñetazo en la cara al juvenil Gómez, que pasaba a su lado y que cayó inconsciente en el campo de juego.
Por el golpe, el delantero de 20 años, oriundo de Rancul, perdió cuatro piezas dentarias, tuvo que ser sometido a una cirugía de dos horas y debió comenzar un tratamiento para el implante de los dientes.
El agresor, un experimentado arquero de 38 años con larga trayectoria en el fútbol pampeano, fue expulsado, y su cobarde actitud quedó registrada en un video que grabó un espectador.
El mismo Re había sido protagonista de un hecho de similar gravedad hace casi una década, cuando agredió a otro futbolista durante el Torneo Provincial 2016. Atajando para Cochicó de Victorica, en ese momento Re le dio un golpe en el rostro a Miguel Román (Deportivo Anguilense) cuando el delantero había caído al piso tras una jugada. El Tribunal de Disciplina (actuó ante la presentación de un video porque el árbitro no lo expulsó) le dio, en aquel momento, una pena de diez partidos de suspensión.
Ahora, siendo reincidente, el Tribunal de la Liga Pampeana lo sancionó con 12 fechas por la tremenda agresión al juvenil de Agrario Argentino.
Dolor y enojo.
Tras conocerse la suspensión, la familia del juvenil mostró su indignación, se preguntó sobre el «valor» de la integridad física de un futbolista y remarcó que debería haberse tratado de una sanción ejemplar porque se trata de un agresor con antecedentes.
Bajo el título «¿Vale tan poco la integridad de un jugador joven?», la familia publicó una nota mostrando su malestar por el accionar de quienes actuaron con la pena deportiva por esta situación.
«El domingo 15 de junio, Iago Gómez, un chico de 20 años que desde pequeño respira fútbol y respeta el deporte como pocos, fue brutalmente agredido en plena cancha. Sebastián Re, jugador de 38 años con antecedentes por hechos similares, le propinó una piña traicionera que le destrozó la dentadura. Iago solo podrá recuperarla con implantes», comenzó el escrito, describiendo el hecho.
«Hoy, la Liga determina que la sanción justa para semejante acto de violencia es una suspensión de apenas 12 partidos. ¿Eso vale la salud de un joven? ¿Eso vale el mensaje que se le da al resto de los jugadores, a las familias, a los clubes?», agregaron los familiares.
«No estamos hablando de una simple infracción deportiva, hablamos de una agresión física que deja secuelas de por vida. Y mientras tanto, el agresor seguirá su camino como si nada, como ya lo ha hecho antes», se lamentaron.
Y remarcaron los verdaderos valores que, ante tan leve sanción, fueron vulnerados o dañados: «Iago representa los verdaderos valores del fútbol: el respeto, el esfuerzo, el compañerismo. Hoy no solo su sonrisa fue dañada, también lo fue la esperanza de muchos que aún creen que el deporte puede ser un espacio sano, justo y formativo».
«Como comunidad, como familia del fútbol, no podemos callar. Necesitamos sanciones ejemplares, reglas claras y, sobre todo, cuidar a quienes aún creen en el juego limpio. Difundamos este mensaje. Hagamos visible lo que muchos quieren tapar. El silencio también es parte del problema. Hoy fue Iago. Mañana puede ser cualquiera», cerraron.
El padre lo denunció e irá por más.
En la semana posterior a la brutal agresión sufrida por el juvenil Iago Gómez de parte de Sebastián Re, el padre del futbolista de Agrario de Parera, Leo Gómez, había adelantado que iría «hasta las últimas consecuencias» para condenar al agresor, luego de radicar la denuncia correspondiente y pedir una «sanción ejemplar», que al menos desde lo deportivo no llegó.
«Hice la denuncia y me dijeron que como ocurrió en un evento deportivo no lo pueden detener (al guardameta castense), así que dentro de la cancha podés matar a una persona o pegarle al árbitro que no pasa nada. Pero esto no va a quedar así, lo voy a pelear hasta las ultimas consecuencias, mas allá que me cueste lo que cueste», había asegurado el padre del futbolista en una comunicación telefónica con Radio DON de Eduardo Castex.
En ese momento, el papá había dado detalles de las graves lesiones sufridas por su hijo a causa de este artero golpe. «Le quedaron tres dientes agarrados en el alambre de los brackets, porque estaban salidos de raíz. Le cortó la encía de abajo y un diente lo perdió en la cancha», había expresado, aún conmocionado.
El joven inicialmente fue trasladado al Hospital de Parera y seguidamente al Hospital Gobernador Centeno de General Pico, donde fue sometido a una cirugía que se prolongó durante dos horas. «El odontólogo le extrajo esos tres dientes para desinfectarlos y volverlos a colocar provisoriamente y le coció la encía. No le quebró la carretilla de casualidad», había dicho el padre.
Además, Leo Gómez, que también es entrenador de fútbol en Rancul, había recalcado que son otros los valores que transmite tanto a su hijo como a sus jugadores: «Nosotros no le enseñamos eso a los chicos, realmente me generó una gran impotencia. El sábado cumplió 20 años y es un excelente chico, que no va a faltar el respeto a nadie».
«El fútbol es un juego de roce, pero esto no se justifica y no tiene explicación. No quise reaccionar porque la iba a pagar más cara yo que él», había cerrado, pidiendo una «sanción ejemplar».
«Es una vergüenza».
El presidente del Club Agrario Argentino de Parera, Hugo Gómez, también mostró su indignación por el fallo del Tribunal de Penas, que apenas le dio doce partidos de suspensión al arquero Sebastián Re, quien agredió cobardemente y de manera brutal al juvenil Iago Gómez en un partido del ascenso de la Liga Pampeana.
«Estamos decepcionados con la decisión de darle sólo doce fechas de suspensión a Re», dijo el presidente Gómez en una nota al medio digital Zonal Noticias.
«La Liga y el Tribunal de Disciplina son una vergüenza», señaló el presidente. Y ratificó sus dichos: «Me parece una tomada de pelo darle una sanción tan liviana a un jugador que protagonizó una conducta totalmente antideportiva y que le provocó una grave lesión al jugador Iago Gómez de nuestro club».
«Por este golpe que recibió, va a tener que hacerse cuatro implantes dentarios, y la Liga lo toma livianamente», insistió el dirigente del club de Parera.
Además, reveló que nadie de la Liga Pampeana se comunicó con el club ni con la familia del juvenil agredido, calificando de «lamentable» la situación y el accionar liguista. «Mandamos la denuncia policial, el video, los certificados médicos tanto del hospital de Parera como del Gobernador Centeno de Pico y es una vergüenza como reaccionó la Liga», remarcó Gómez.
«Nadie dio la cara, ni el presidente de la Liga Pampeana, ni el vicepresidente. Nadie se comunicó con el club ni con la familia de Iago; la verdad es lamentable esta decisión», cerró.