La aprobación en la Legislatura pampeana de la licitación del área petrolera El Medanito, luego de meses de bloqueo político por parte de la oposición al peronismo, significó un duro golpe para el ala ultra de la oposición. Ese sector, identificado con el rechazo sistemático al peronismo, quedó en evidencia al quedarse sin argumentos técnicos ni políticos y demostrar que su único objetivo era erosionar la gobernabilidad, incluso a costa de los recursos provinciales.
La estrategia de este núcleo opositor, cercana a las metodologías libertarias –de hecho, son los más cercanos que buscan una alianza con La Libertad Avanza-, se basa en trabar iniciativas, difundir exageraciones o incluso en difundir fake news con tal de confrontar al Justicialismo. En ese marco, la figura más apuntada fue la de Hipólito «Poli» Altolaguirre, uno de los referentes de la lista celeste, que quedó golpeado dentro de su propio bloque al negarse a negociar alternativas viables. Ese sector de oposición intransigente y radicalizada, engloba tanto a legisladores radicales como macristas y a la pyme política de Comunidad Organizada.
De esta manera, mientras los sectores más ultras del bloque radical pretendían sostener la negativa, los llamados centristas –los diputados azules y los del senador Daniel Kroneberger, que cuentan con el respaldo de la mayoría de los intendentes radicales– consideraron que era insostenible seguir frenando el proceso. La UCR está en campaña y la falta de resolución comenzaba a generar costos políticos y sociales. Su candidato, por ejemplo, no podía pisar 25 de Mayo sin tener que dar explicaciones de por qué la oposición quería hundir la licitación que golpea socialmente esa localidad.
Todo se destrabó en la última semana y destapó la jugada de los ultras. Desde la línea azul, el diputado Javier Torroba había transmitido al bloque que la única salida era acompañar al peronismo si se cumplían tres condiciones: la realización del data room, el compromiso de destinar parte de las regalías a los municipios y la elaboración de un estudio de impacto ambiental. Altolaguirre como presidente del bloque debía trasladar el pedido al oficialismo. Esta semana, Torroba consultó con el presidente del bloque peronista sobre las condiciones, pero estas nunca fueron informadas por Altolaguirre, en un intento de frenar cualquier resolución y estirar el conflicto, lo que terminó fracturando al bloque.
Finalmente, los cuatro legisladores centristas junto a los cuatro del Pro que buscaban aprobar el rpoyecto, decidieron apoyar la licitación, dejando sin sustento a la postura intransigente de los ultras, integrada también por parte del PRO y CO. La votación reflejó una derrota política y simbólica para los radicales celestes, que ya habían sido cuestionados por escaparle a asumir la candidatura de la UCR en estas legislativas. El presidente del bloque quedó herido en su liderazgo. El berrinche realizado en el recinto agitando su renuncia para intentar evitar que se aprobara la iniciativa fue otro momento de debacle. Solo les faltó decir al resto: «Andá máquina, nada te detiene…», como el meme.
La discusión por El Medanito mostró así dos caras conocidas de la oposición: por un lado, la estrategia confrontativa de los ultras semejando las metodologías de la ultraderecha libertaria; y por otro, la visión centrista de quienes entendieron que era momento de destrabar el conflicto y que son críticos tanto al peronismo como al libertarismo. En ese contraste, los ultras se llevaron la peor parte.
(*) Por Norberto G. Asquini (periodista)