«Tenemos la responsabilidad de dejar de lado los intereses partidarios y pensar como país», dijo el presidente Javier Milei arriba del escenario en el búnker del hotel Libertador después del triunfo de La Libertad Avanza en las elecciones de medio término. Luego, copiando la frase de Donald Trump, agregó: «Tenemos que trabajar con todas las fuerzas con las que podemos para llegar a acuerdos que hagan grande a la Argentina otra vez».
El gobierno de Javier Milei, más allá de las denuncias por corrupción en la cúpula de su espacio, de tener un candidato vinculado con el narcotráfico en la boleta de la provincia de Buenos Aires y del descalabro económico que lo hizo en las últimas semanas ir al ministro de Economía pedir un salvataje al Tesoro de los Estados Unidos, ganó las elecciones con más del 40 por ciento de los votos. También dio vuelta el resultado en la provincia de Buenos Aires, donde le sacó un punto al peronismo. Algo que no esperaban ni en sus mejores pronósticos.
Ganaron en 16 provincias y dejaron en tercer puesto, por lejos, al espacio de los gobernadores denominado Provincias Unidas. Ellos ahora se tendrán que sentar en la mesa de negociación con la Casa Rosada de una manera muy distinta a la que pensaban sentarse antes de este domingo. Sin embargo, Milei admitió en su discurso la necesidad de buscar consensos, tal como le pidió el gobierno de Estados Unidos. Algo que hubiera sido imposible escucharlo decir meses atrás cuando trataba a todos ellos de mandriles.
«Gracias a todos los argentinos por este nuevo acto eleccionario y por la maravillosa elección que se hizo estrenando un nuevo sistema de votación, que es la BUP». «Gracias a todos los que siguieron abrazando las ideas de la libertad para hacer grande a la Argentina nuevamente», añadió y dijo: «Quiero agradecer a los 10 millones de argentinos que nos han acompañado. Este resultado no hubiera sido posible sin cada uno de los miembros de este gobierno. Quiero darle las gracias a cada uno de ellos. Pasaron dos años de aquella reunión en Acassuso convocada por Macri donde decidimos aunar fuerzas para derrotar al populismo». Luego, el mandatario nombró a todos sus ministros, incluso Werthein.
«Este resultado es la confirmación del mandato que asumimos en 2023. Hoy la Argentina es reconocida en todo el mundo por lo que hicimos en estos dos años y durante los dos años que vienen tenemos que afianzar el camino reformista. Ahora estamos enfocados en llevar a cabo las reformas que la Argentina necesita para hacer al país grande nuevamente», indicó.
Además, señaló que el Congreso será clave para la etapa que comienza y resumió: «Tendremos 121 diputados en lugar de 37 y en el Senado pasamos de 6 senadores a 20. Por ende, no dudo en decir que desde el 10 de diciembre tendremos el Congreso más reformista de la historia argentina. Vamos a cumplir nuestro contrato electoral con los que nos acompañaron y con los que no, porque la Argentina grande es para todos».
Sobre los acuerdos y las alianzas necesarias destacó: «Por fuera de los inadaptados de siempre hay decenas de diputados de otros partidos con los que podemos encontrar acuerdos básicos. Nos alegra saber que en muchas provincias la segunda fuerza no fue el kirchnerismo, sino el oficialismo provincial». Dijo que esos oficialismos «son actores racionales, pro capitalistas y a los que uno más uno les da dos. Es por eso que queremos invitar a la gran mayoría de los gobernadores a discutir en conjunto estos acuerdos. Ahora sí podremos traducir en leyes las consignas del Pacto de Mayo».
En el búnker violeta, ubicado una vez más en el Hotel Libertador, la jornada se vivió con éxtasis. Cerca de las siete de la tarde el Presidente llegó solo. Antes habían llegado su hermana, el ministro de Economía Luis Caputo, la ministra de Seguridad y candidata por la Ciudad de Buenos Aires Patricia Bullrich, la de Capital Humano, Sandra Pettovello, entre otros. Él subió a su habitación en el piso 10 junto con su hermana y otros funcionarios se quedaron en el primer piso. Entre ellos el de Economía Luis Caputo con miembros de la consultora y de la patrulla digital de Santiago Caputo. El asesor sin cargo llegó horas más tarde.
«Qué manera de saber ganar elecciones», se felicitaban entre ellos. Por las escaleras del hotel corría «Tronco», uno de los candidatos a diputados, con los ojos desorbitados de la excitación. También, todo transpirado, pasaba el influencer Fran Fijap, y al lado de ellos festejaba el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, que, si bien después de la derrota en la provincia de Buenos Aires había optado por un perfil bajo, apareció con una gorra violeta de La Libertad Avanza.
Los miembros del gobierno se mostraban las pantallas de sus teléfonos, se palmeaban la espalda y se reían. El clima de optimismo reinó desde temprano y también se podía notar en el ambiente la tensión entre las distintas tribus para ver quién se atribuía lo que ya en ese momento se sabía un triunfo. Antes de tener los primeros resultados, la hermana del presidente y titular del partido Karina Milei, y el vicepresidente de LLA Martín Menem salieron a la calle a hablar con la prensa para empezar a marcar el pulso de lo que será el día después de la elección.
A la espera de los resultados oficiales ya habían empezado a circular números. Primero decían que en provincia de Buenos Aires habían achicado la diferencia de septiembre a un dígito, después que estaban abajo 4 o 5 puntos, después que estaban «cabeza a cabeza», y después que estaban dos puntos arriba. «Todavía no hay espacio para la avenida del medio», reflexionaban como chicana a los gobernadores con los que desde mañana deberán sentarse a negociar. «La discusión del Presupuesto va a ser diferente», se adelantaban, aunque admitían que sí o sí será necesario buscar consensos.
















