El adolescente de 13 años que fue herido gravemente por un disparo accidental, mientras cazaba con un amigo en Jacinto Arauz, falleció este domingo en el Hospital René Favaloro de Santa Rosa. Benjamín Zaikoski, oriundo de Abramo, no logró superar las lesiones provocadas con un arma de aire comprimido calibre 22, que lo alcanzó en la zona del cuello. Su muerte fue confirmada por allegados y fuentes policiales.
El hecho ocurrió el viernes al atardecer, en un sector descampado cercano al barrio Plan 5.000, junto al canal de desagüe pluvial que desemboca en la laguna lindera al pueblo. Benjamín se encontraba cazando junto a un amigo de Jacinto Arauz con un arma de aire comprimido calibre 22, cuando —por causas que aún investiga la policía— recibió un disparo que ingresó por la nuca y quedó alojado en la mandíbula.
En medio del shock, su amigo cargó al herido y buscó ayuda a los gritos mientras atravesaba el terreno. Un vecino escuchó el pedido desesperado, se acercó y constató que el adolescente estaba consciente, aunque en estado crítico. De inmediato dio aviso al personal de salud y a la policía.
Los equipos médicos locales asistieron a Benjamín en el lugar y dispusieron su traslado urgente al hospital de General Acha. Allí lograron estabilizarlo, pero la complejidad de la lesión motivó una nueva derivación al Hospital René Favaloro de Santa Rosa, donde finalmente falleció pese a los esfuerzos médicos.
La fiscalía intervino de inmediato: ordenó el secuestro del arma y otros elementos vinculados al hecho, y convocó a personal de la Agencia de Investigación Científica (AIC) para realizar peritajes, analizar huellas y rastros y documentar la escena del incidente.
El riesgo subestimado
Las armas de aire comprimido calibre 22, que disparan balines de 5,5 milímetros, suelen utilizarse para tiro recreativo, caza menor y control de plagas. Su aparente inocuidad —son livianas, fáciles de manipular y generan poco ruido— lleva a menudo a subestimar su peligrosidad. Sin embargo, a corta distancia pueden provocar lesiones graves e incluso mortales, especialmente aquellas de mayor potencia.
La tragedia que terminó con la vida de Benjamín volvió a poner en evidencia ese riesgo y abrió un profundo dolor en Abramo, Jacinto Aráuz y toda la zona. La investigación judicial intentará ahora reconstruir con precisión cómo ocurrió el disparo que terminó en un desenlace fatal.















