Gustavo Gabriel Pedernera, un desocupado de 23 años, fue condenado hoy a dos años y seis meses de prisión en suspenso y al cumplimiento de reglas de conducta durante dos años, como autor del delito de robo calificado por la utilización de arma -cuchillo- en grado de tentativa.
La sentencia fue dictada por el juez de control, Carlos Ordas, a partir de un acuerdo de juicio abreviado presentado por la fiscala Leticia Pordomingo, el defensor oficial Luis Bariffo y el propio imputado.
En el legajo penal quedó acreditado que hace un mes, el 16 de enero a la madrugada, Pedernera y Osvaldo Ariel Kihn se acercaron a un domicilio de la calle Otamendi en Santa Rosa, y previo mostrar cada uno un cuchillo, le “arrojaron puntazos” a un joven que estaba con un amigo en la vereda.
“Kihn logró aplicarle una puñalada en la pierna izquierda, provocándole lesiones leves, y le sustrajo una gorra. Luego ambos se fugaron en una moto Zanella negra e ingresaron a una vivienda de la calle Angel Nieto –ubicada a un par de cuadras–, donde fueron detenidos por la policía, secuestrándosele en su poder la gorra y los cuchillos”, detalló el magistrado en el fallo.
Kihn, a partir de otro acuerdo de las partes, había recibido el beneficio de la suspensión de juicio a prueba (probation) por un año, dado que por el delito imputado podía caberle una pena de ejecución condicional y, además, carece de antecedentes registrables y ofreció la reparación del daño (mil pesos que no fueron aceptados por el damnificado). A cambio deberá cumplir una serie de reglas de conducta durante ese lapso, entre ellas no acercarse a menos de 100 metros de la víctima ni de su domicilio.
Pedernera, en cambio, no pudo solicitar la probation porque ya había requerido el beneficio en otra causa. A él le fijaron las siguientes pautas de conducta: fijar domicilio, someterse al control de la Unidad de Abordaje, Supervisión y Orientación de personas en conflicto con la ley penal, y prohibición de entrar en contacto con el damnificado, ni acercarse a menos de 100 menos de él y de su casa.
La víctima, al ser informada de los acuerdos, no puso objeciones, y solamente pidió que a los dos acusados se les imponga las restricciones de acercamiento.