El coronavirus llegó a la televisión argentina. Ya no como el monotema que desde hace más de tres meses copó su agenda, condicionó dinámicas de programas y volvió a muchos periodistas, conductores y panelistas en “expertos” en epidemiología sin ponerse colorados. Ahora, la covid-19 la afecta directamente, tras conocerse el positivo de dos trabajadores artísticos de diferentes canales.
El primero en confirmar que era portador de coronavirus fue el periodista deportivo de El Nueve, Guillermo “Chiche” Ferro. Luego, llegó el anuncio del contagio de tres productores de “El precio justo”, el ciclo de juegos que conduce Lizy Tagliani en Telefe.
Y el martes se confirmó uno más de El Trece, un trabajador del área creativa. Tan lamentable como previsible, teniendo en cuenta que es notorio a los ojos de cualquier televidente que la televisión argentina relajó peligrosamente el protocolo en el último mes. ¿Se replantearán directores de programación, productores, conductores y columnistas la definición de “esencial”, o la plantilla de rating marcará el grado de cumplimiento del aislamiento preventivo?
La confirmación de que dos profesionales televisivos están infectados de covid-19 puede tratarse de la crónica de contagios anunciados. A excepción del primer mes y medio de aislamiento, cuando los canales cumplieron en general con el protocolo, la TV argentina fue volviendo más laxas las medidas preventivas iniciales.
La presencia de numerosas personas en los estudios y sin cumplir con la distancia recomendada se fue “naturalizando”, al mismo tiempo que los mensajes sobre la necesidad de quedarse en casa se repetían para el afuera y la indignación que provocaban ciertas violaciones a la cuarentena tomaban calor en algunos comunicadores que pese a ellos formar parte del grupo de riesgo levantaban el dedo acusador desde los estudios de TV. Basta ver los programas de juegos y los concursos televisivos, o los ciclos periodísticos en cualquiera de sus variantes, para darse cuenta de que el protocolo no se cumple.
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El lunes, entonces, fue el día en el que pasó lo que lamentablemente iba a suceder. El primer test positivo de Covid-19 fue el de Chiche Ferro, el periodista deportivo de El Nueve, que forma parte del noticiero Telenueve. “Hola a todos! Como ya sabrán el sábado tuve algunos síntomas de gripe y me pareció que lo mejor era consultar con los médicos. El domingo fui a la clínica Los Arcos y me hice una serie de estudios, Hisopado, placas, laboratorio, etc. Los estudios dieron todos bien y el hisopado dio positivo/ paciente asintomático. Así que estoy aislado por los próximos días para evitar cualquier riesgo de contagio”, escribió el periodista, que aclaró que se siente en buena forma.
La última vez que Ferro fue a trabajar al canal fue el viernes pasado, cuando participó de las ediciones del noticiero entre las 19 y las 20.40 y luego entre las 23.40 y las 0.30, informaron desde la emisora.
Ante la confirmación del contagio, El Nueve implementó un protocolo, obligando a que todos los empleados “que tuvieron contactos casuales con el Sr. Ferro el día viernes para que guarden aislamiento social estricto por las próximas 72 horas e informarles los pasos a seguir”. Entre ellos hay desde periodistas y conductores hasta personal técnico del noticiero.
A las horas de conocerse el caso positivo en El Nueve, se supo que había otro contagiado de covid-19, esta vez en Telefe. En este caso, se trata de un miembro del equipo de producción de El precio justo, el ciclo de Telefe que conduce diariamente Tagliani, cuyo nombre no trascendió. “
En línea con el Protocolo de ViacomCBS y con las medidas dispuestas por el Gobierno para estas circunstancias, nuestro equipo ha contactado a todas las personas que han tenido un vínculo cercano con este empleado, y les hemos pedido que cumplan con la cuarentena”, indicaron desde la emisora en un comunicado.
Vale recordar que el del colaborador de producción es el segundo caso positivo en Telefe, ya que la semana pasada habría dado positivo de coronavirus un trabajador de limpieza del canal, aunque del área de las oficinas de los estudios que la emisora tiene en Martínez.
Entre el protocolo puesto en práctica por Telefe, se anunció que buena parte del staff de El precio justo deberá aislarse y mantenerse en cuarentena, incluida a la misma conductora del programa.
“Gracias a todos por preocuparse! ♥️ Un compañero de nuestro equipo dio positivo en Coronavirus, por eso voy a cumplir con los 14 días de aislamiento preventivo como lo indica el protocolo. Gracias por estar siempre! Los quiero!”, tuiteó Lizy Tagliani una vez que la noticia tomó estado público, antes de que se confirmaran los positivos de otros dos trabajadores.
Desde el canal informaron que por esta situación se emitirán programas ya emitidos de El precio justo, cuya producción se encuentra suspendida por -al menos- dos semanas.
El último casi positivo conocido en la televisión argentina se dio en El Trece. Según se confirmó oficialmente, se trata de un empleado del área creativa que ya estaba trabajando en la modalidad home office y que dio positivo el 11 de este mes, aunque recién tomó estado público este martes.
El trabajador, que había concurrido al canal el 5 de junio («no más de 2 hs.», según reza el comunicado de RRHH de la señal), se encuentra aislado en un hotel porteño. «A través de entrevistas y corroborado con las cámaras de seguridad, pudimos determinar que no hubo contacto estrecho con otros empleados, no siendo necesario aislar a persona alguna», detalla el mail enviado a los trabajadores de El Trece.
Tras estos casos positivos de covid-19, el interrogante pasa por saber qué pasará en las emisoras argentinas de TV abierta y TV paga. Si habrá algún cambio en cuanto a la cantidad de periodistas, conductores, panelistas, invitados y participantes que concurrirán a los estudios, o si todo seguirá con el poco apego al protocolo sanitario que signó a la pantalla chica en las últimas semanas.
¿No será momento de que la TV argentina repiense los equipos de trabajo que concurren a los estudios y discriminar a los que pueden hacer su trabajo a distancia o de manera virtual? Más allá de la cuestión técnica del decreto que los habilita para concurrir a trabajar, ¿realmente todos son trabajadores “esenciales”? ¿Acaso sigue en pie aquella nefasta frase de que “el show debe continuar”? ¿A costa de qué?