River Plate le ganó por 3-0 a Atlético Paranaense en un Monumental que fue una caldera y se adjudicó la Recopa Sudamericana, décimo título que conquista bajo la conducción de Marcelo Gallardo, que se transformó en el técnico más ganador de la institución Millonaria.
El equipo de Núñez impuso las condiciones desde el inicio del juego y apenas tuvo una laguna en el complemento. Pero su temple y sus cualidades para aprovechar los momentos favorables le permitieron superar a un equipo brasileño que especuló demasiado con el 1-0 obtenido en Curitiba.
Ignacio Fernández, tras tomar un rebote luego de fallar un penal, Lucas Pratto y Matías Suárez anotaron los goles de un equipo que volvió a vivir una noche mágica en su estadio y que logró la ventaja definitiva cuando parecía que la serie se extendía hasta el alargue.
El conjunto “Millonario” fue ampliamente superior en el primer tiempo y dispuso de al menos siete situaciones para convertir, pero Paranaense logró superar el asedio y conservar el cero en su arco.
River propuso un partido intenso desde el inicio y ahogó a su rival con una presión asfixiante en todos los sectores de la cancha. Fueron poco más de 25 minutos en los que el local monopolizó el juego, al punto que Paranaense se limitó únicamente a despejar la pelota al campo contrario.
La seguridad de Ponzio y Enzo Pérez para quitar pero también para distribuir le dio a los dirigidos por Gallardo la fuerza para acorralar al conjunto brasileño contra su arco. Es que ese tándem liberó a Ignacio Fernández y Palacios para dedicarse a la creación.
Montiel, en el regreso de su lesión, se transformó en una pesadilla para el sector izquierdo de la defensa del oponente. Por allí River se filtró en varias oportunidades, y por allí llegó la acción más clara del primer tiempo: un derechazo de Nacho Fernández que hizo temblar el palo izquierdo.
Angileri con su pierna menos hábil, la derecha, y Pratto en dos ocasiones, una de cabeza y otra con un toque a colocar, probaron las virtudes de Santos. También lo hizo el colombiano Borré. Pero el arquero rival respondió positivamente en todas esas ocasiones.
Pocas veces el local quedó mal parado en defensa, y cuando lo hizo, se recuperó a tiempo. Paranaense recién en el último cuarto de hora logró pasar con balón dominado hacia el campo contrario.
En una de esas escasas oportunidades hizo trabajar a Armani, quien salvó a River con una gran tapada ante una aparición por el centro del área de Lucho González.
El Millonario mereció más en el primer capítulo, pero no estuvo fino en la puntada final.
Al segundo tiempo salió igual River. De la misma manera que en el inicio del partido. La salida de Palacios para permitir el ingreso de De La Cruz para nada modificó la fisonomía ni la actitud del local.
Sin embargo, la frecuencia de arribo del local al arco de Paranaense ya no fue la misma que en el capítulo inicial.
Los caminos hacia Santos se hacieron estrechos, pero a los 15 contó con la situación ideal.Pinola remató dentro del área después de un tiro de esquina y todo River pidió penal por una supuesta mano de Lucho González.
El árbitro chileno Tobar revisó la acción en el VAR y sancionó penal. Fernández se hizo cargo de la ejecución a los 19 y pese a que Santos se la atajó y la pelota dio en el palo, Nacho se tomó revancha en el rebote e igualó la serie.
Fernández llegó al área sobre la media hora y estuvo cerca de estirar la ventaja, pero su zurdazo salió mordido. Cuatro después, Renan Lodi exigió a Armani con un remate de media distancia. Paranaense intentó nivelar el juego y durante ese pasaje lo logró.
Léo Cittadini, poco después de ingresar, casi rompe la paridad en el Monumental, pero demoró la definición y el equipo brasileño lo lamentó, porque en tiempo de descuento Pratto tuvo un merecido premio por su gran entrega y anotó el 2-0, a los 45, cuando el partido marchaba hacia el alargue.
Lo hizo tras una gran cesión a la espalda de los centrales de Suárez. El Oso la bajó y definió ante Santos.
Recién allí Paranaense se acordó de atacar, pero fue demasiado tarde. Por si fuera poco, de un saque de arco de Armani llegó el tercer gol, el de Suárez, tras eliminar al arquero con una gambeta.
Serie sentenciada. Fue durísimo para River, pero se sacó de encima a un rival de jerarquía y volvió a festejar en otra noche soñada. E hizo aún más grande la era de Gallardo, que superó en cantidad de títulos a Ramón Díaz.