El derrumbe de la economía por la pandemia Covid-19 y el aislamiento obligatorio pegó duro a todos los gobiernos, y más allá de alguna recuperación que se produzca, las expectativas no siguen siendo las mejores para los próximos meses. En ese marco, el gobernador Sergio Ziliotto y su equipo están analizando día a día los escenarios futuros para la provincia.
Respaldada por una situación financiera más que holgada respecto al resto de las provincias, y por supuesto mejor que Nación, La Pampa pudo afrontar el golpe económico que significó la pandemia. Ingresando a la segunda mitad del año, se comienza a observar con cierta preocupación la presión que están empezando a ejercer las distintas variables sobre las cuentas pampeanas.
El dato que más se sigue de cerca es el de la inflación. “Es nuestro principal problema”, indica una fuente gubernamental consultada. La economía en plena recesión mundial, cayó abruptamente un 20% en el segundo trimestre, y ahora parece tendrá un repunte.
Pero más actividad económica significa mayor presión sobre los precios, con una inflación que según los analistas está entre el 40 y el 45 por ciento anual. Se nota en el bolsillo diario de la gente, a pesar de que el consumo se contuvo y los subsidios estatales frenaron tarifas.
El economista Máximo Montenegro afirma: “Pese al derrumbe de la actividad económica por la pandemia y las medidas de aislamiento obligatorio, el dólar oficial con micro-depreciaciones, las tarifas congeladas (incluidos combustibles) y el congelamiento de la ‘puja distributiva’, con salarios del sector privado que cayeron en términos nominales después de 18 años, la inflación comenzó a subir muy lentamente, por primera vez desde el inicio de la pandemia”.
Este incremento inflacionario por supuesto repercutirá en el mayor gasto que tiene el Estado provincial: los sueldos de la administración pública. En la última reunión con los sindicatos se dio un 12 por ciento de aumento por el primer semestre, pero en la segunda quincena de octubre, con los nuevos números en mano, habrá una nueva discusión salarial que será más áspera.
Y por supuesto, en la presión sobre los precios contribuye la situación del dólar. “Se teme también que haya una disparada cuando se reactive la economía, lo que contribuirá a una situación compleja”, indica la fuente.
El gobierno de Ziliotto tendrá que afrontar, llegado ese momento, el “efecto pinzas” sobre sus cuentas. Por un lado, por la caída de los recursos con una importante merma de la recaudación. Por el otro, por el aumento del gasto público para aguantar la emergencia sanitaria y dar respuesta a los distintos sectores productivos. El Estado pampeano no solo vio incrementado su gasto por los servicios públicos básicos (salud, seguridad), sino también porque asumió un abanico de necesidades.
Sumemos algunos de los auxilios que se dieron durante los últimos meses: subsidios al transporte de línea y al escolar, subsidios a las tasas de los créditos para profesionales y para el campo, ayuda a las cooperativas por el aumento de costos y el congelamiento de tarifas, ayuda a los municipios para pagar sueldos y aguinaldo, fondos para el Instituto de Seguridad Social para el pago de jubilaciones provinciales, subsidios para empresas como las de limpieza o jardines de infantes, ayuda en las tasas del Banco de La Pampa, ayuda social permanente. “El Estado se hizo cargo de todo esto. Antes se apoyaba, pero la rueda económica en la provincia se sostenía con la actividad privada. Ahora es el Estado el que la empuja”, indica la fuente de Casa de Gobierno.
El Estado, como motor de la economía, será quien siga empujando la reactivación en los próximos meses. La reconstrucción, como también lo está asumiendo el gobierno nacional, pasará por la obra pública. Los planes de viviendas que tiene en carpeta el gobernador en estos días y obras en cada municipio servirán para apuntalar la situación que intenta paliar el derrumbe.
Las autoridades económicas de La Pampa están atentas y monitoreando lo que se viene, y lo que se está generando. El piso económico de la pandemia pasó. Ahora viene la reactivación y con ésta los nuevos desafíos. La inflación es la pandemia de la economía argentina, una vez más.
(*) Por Norberto G. Asquini (periodista e investigador)