El director del Hospital “Pablo F. Lacoste” de Eduardo Castex, Gustavo López, reveló -en las redes sociales- una emotiva historia que protagonizó una joven castense que estaba en aislamiento obligatorio, pero pudo despedir a un familiar que se encontraba internado en estado terminal en Santa Rosa. Pocas horas después el familiar falleció coincidiendo con el cumpleaños de esta joven castense. El hecho es la antítesis del caso que sufrió Solange Musse en Córdoba y las dificultades que afrontaron las hermanas Garay en San Luis.
La historia de la joven castense tiene mayor impacto, después del desafortunado episodio que provocó el COE de Córdoba que no permitió al padre despedir a Solange Musse, una enferma de cáncer que solamente pedía mantener un último encuentro con su padre residente en Neuquén.
Este lamentable y repudiable hecho, hizo reflexionar al Comité de Crisis de San Luis que finalmente autorizó –el lunes- a las hermanas Victoria y Antonela Garay, residentes en Tierra del Fuego, para ingresar a la localidad puntana de Quines para ver a su padre Martín Garay, quien es un paciente de cáncer terminal, según pronosticaron los médicos que lo atienden.
EL CASO CASTENSE
La joven castense se encontraba cumpliendo el aislamiento obligatorio en un hotel local, y solicitó al director del Hospital “Pablo F. Lacoste”, Gustavo López, poder visitar a su “abuelo agonizante” en una terapia intensiva de Santa Rosa.
La autoridad sanitaria local consultó a las autoridades del ministerio de Salud de La Pampa, y la encargada del cuidado de su abuelo transmitió el estado de salud.
Así se autorizó “encapsular” un vehículo “con todos los recaudos necesarios de protección personal para la joven y los encargados del traslado” hasta la capital pampeana.
“La joven así pudo visitar a su familiar agonizante, quien la reconoció, le sonrió y se despidieron con la dignidad que ambos se merecen”, destacó López en el posteo en las redes sociales.
“Nada malo ocurrió. Nadie se contagió. Solo sucedió que los que intervinimos actuamos con profesionalismo, empatía frente al dolor ajeno, comprendiendo…ayudando”, destacó.
“Dos días después, el día del cumpleaños de la joven, su abuelo se fue de este mundo, en paz, habiéndola vuelto a ver, recibiendo el afecto de su nieta que volvía de Europa y ya hacía tiempo que no veía. Hubo reencuentro, alegría, tristeza, dolor, afecto, dignidad”, resaltó López.
“O sea…que se pudo. En donde habrán estado las reales diferencias entre estas situaciones?. Me pregunto: cuantos de aquellos derechos, que la débil voz de Solange (Musse) reclamaba, le fueron respetados?. Si el bien común de la población que enarbolaron como motivo para negarle el ingreso a Pablo (Musse) pesó más, que la piedad para con una joven que moría y un padre que perdía a su hija…seguirán pensando que valió la pena esa negativa???. Y por lo tanto serían capaces de aceptar de buen talante no llegar nunca al último abrazo ,al último beso, a esa inevitable frase: te voy a volver a ver en otra vida ,mi amor…”, expresó López.