La cuarentena dictada a raíz de la pandemia de coronavirus generó una “nueva normalidad” que obligó a muchas actividades a tener que readaptarse para continuar operando.
Así, el teletrabajo y el “aula en casa” se impusieron como alternativas para frenar el avance del Covid-19 y, como consecuencia directa, las calles comenzaron a quedar vacías.
Esta nueva postal afectó a muchos rubros por la falta de clientes. Y entre quienes sintieron el impacto están los tradicionales “arbolitos”, aquellas personas que se paran y al grito de “¡Cambio! ¡Cambio!” buscan atraer a quienes deseen vender o comprar divisas en el mercado paralelo.
Una investigación del periodista Leandro Lutzky de RT expuso cómo esta actividad ilegal se readaptó para continuar operando, de manera que los vendedores cambiaron los trajes y corbatas de la City por el disfraz de delivery para llevar los billetes verdes a los compradores.
«Al principio de la cuarentena varios amigos necesitaban comprar y vender. Ya tenía contactos en las cuevas. La gente no podía salir, entonces buscamos los dólares y se los llevamos a su casa”, explicó el protagonista de esta historia, quien además reveló que por operar en este mercado negro unas cinco horas diarias le permite ganar entre 40.000 y 45.000 pesos mensuales.
Si bien el cliente promedio es de clase media y adquiere montos chicos, el repartidor comentó que «una vez fui a Moreno, con la moto. Calles de tierra. Eran 2.500 dólares, llevados en pesos -unos 335.000-. Eso es loco. Ves todas las casas con techos de cartón, sale un tipo y te cambia 2.500 dólares».
«Al principio no tenía tanto cuidado, andaba vestido normal», explicó. Pero tras ser detenido en un control policial en avenida Independencia y de sobornar a los agentes con 500 dólares para no ser detenido, optó por camuflar sus operaciones con un disfraz de delivery de comidas para circular sin problemas.
«Es un trabajo que me paga las cuentas, y tampoco hay muchas opciones», sentenció.
