La pandemia de Covid 19 alteró la normalidad de la vida social, y desterró algunas viejas costumbres que disfrutaban alegremente niños y familias. Los festejos de los egresados que terminaban una etapa de su educación, es una habitualidad del paisaje del mes de diciembre. El distanciamiento social y los protocolos sanitarios, modificaron –o borraron- los actos académicos, a las tradicionales “bajadas” y hasta los bailes y/o fiestas de egresados.
La comunidad educativa de la Escuela 44 de Eduardo Castex igualmente intentó ponerle colorido y festividad. Y así –el viernes- realizaron una caravana por las calles céntricas, donde cada egresado iba con su familia en un rodado. Y así los bocinazos reemplazaron a los aplausos, las cornetas se sobrepusieron a los abrazos, y algún barbijo sustituyó el pañuelo que nunca falta para que algún familiar disimule las lágrimas de la emoción que provocan cuando los niños/jóvenes reciben sus diplomas.
Como ocurre con el paso del tiempo, hay algo que no se puede modificar: la alegría de superar una instancia educativa. Y así se adaptaron a la “nueva normalidad” para celebrar el egreso de una nueva promoción de la centenaria escuela castense.