viernes 29, noviembre, 2024, Eduardo Castex, La Pampa

Aborto legal: el 29D y las dos agendas pampeanas (*)

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Este martes se define en el Senado la votación por la legalización del aborto. Más allá del resultado, este debate clave a nivel nacional mostró de qué lado está parada cada fuerza política pampeana. Dos agendas que chocan entre ideas progresistas y conservadoras.





El debate de fondo y una ley necesaria

La votación de 2018 por la despenalización y el debate y la media sanción este año por la legalización del aborto mostró que si no es en 2020, este 29D, en el mediano plazo habrá ley sí o sí. Porque la agenda está instalada, los argumentos pesan y más allá de las resistencias, se fue allanando el camino haciendo pedagogía sobre la materia, sobre todo por parte de quienes se pusieron al frente de este reclamo en el movimiento feminista.

Se podrá tener justificaciones morales y religiosas para oponerse, pero en la esfera pública el aborto será legal: por razones de salud pública y de ampliación de derechos y respeto de las libertades individuales, y varias más. Nadie está obligando con una ley a las mujeres a abortar, solamente se legaliza una situación real que hoy es clandestina. Después cada una decide sobre su cuerpo.

El debate sobre el aborto es transversal a todas las fuerzas políticas, más allá de las inclinaciones a favor o en contra que tengan unos y otros sectores. Tanto en el Frente de Todos como en Juntos por el Cambio, hubo verdes y celestes. Lo que sí este debate mostró en La Pampa es dónde se ubica el oficialismo (PJ + aliados) y la oposición (UCR + PRO) en el escenario político.

El reino de las convicciones (en contra)

Los legisladores pampeanos de Cambiemos-Juntos por el Cambio, como expresión del no peronismo, votaron o votarán en contra. Del PRO, Martín Maquieyra no tuvo dudas en defender su postura, más allá que se concuerde o no. En el radicalismo el senador Juan Carlos Marino jugó a la “tibieza” para finalmente acabar donde finalmente iba a terminar, como ya lo anunció. Como indicó la senadora sanluiseña María Eugenia Catalfamo, “el aborto es una cuestión de convicciones: nadie cambia de idea en dos años”.

La postura de Marino no será diferente en ese sentido a sus pares de Juntos por el Cambio en Diputados. Pero molestó más a varios sectores por varias cuestiones: porque su voto tiene “más peso”, no solo porque tiene más incidencia un representante en la Cámara Alta que en la Baja, sino porque la ley se define en el Senado. Otra porque, si bien ya se sabía de antemano la respuesta, “amagó” con la siniestra (no vamos a decir con la izquierda) para definir como siempre por la derecha, y varios se confiaron en ese amague distractor. Y finalmente porque como señaló la carta de la parlamentaria radical María Luisa Storani, la decisión estuvo cargada de “oportunismo” político, porque terminó definiendo pensando en lo electoral tal vez pensando en las elecciones de 2021 para perpetuarse por 24 años en una banca. Igualmente, pensar que la “defensa de las dos vidas” rinde en términos de votos es cuestionable, como ocurrió en 2019. Algo hay que reconocer: Marino es consecuente con lo que piensa con un voto conservador.

El péndulo opositor

El debate sobre el aborto nos mostró cómo las agendas políticas en La Pampa se fueron transformando en las últimas décadas a la luz de la política nacional. Más allá que dentro de cada fuerza conviven pensamientos que van más a la derecha o más a la izquierda.

La UCR a nivel nacional siempre se ubicó por oposición al peronismo (tal vez por necesidad, porque el peronismo ha sido un actor central) en el cardinal ideológico opuesto. En los 90, frente al neoliberalismo de Carlos Menem, se alió al Frepaso para desbarrancar en la Alianza. Con Néstor Kirchner, hubo dirigentes que se acercaron al nuevo movimiento político llegando a aportar un vicepresidente. Frente a CFK, se aliaron a Mauricio Macri en una coalición de centroderecha, que aún se mantiene. Ese péndulo en lo nacional termina condicionando las agendas locales. No es que no haya sectores progresistas o que impulsen temas de esa agenda, que los hay en la UCR (de hecho, Daniel Kroneberger como diputado votó a favor en 2018). Pero así como en los 90 la UCR se aliaba al Fregen, en los últimos años asumieron al PRO como su aliado natural, adoptando una visión de país más conservadora.

La “actualización doctrinaria” del oficialismo

Ahora pensemos en el oficialismo pampeano. El peronismo (más allá de tener al vernismo como línea central) vivió en su interior el conflicto y el debate por la irrupción del kirchnerismo. Durante los 12 años de gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, se conformó un vértice progresista en el peronismo argentino que marcó su devenir. Más allá de las características propias del PJ pampeano, este fue adoptando (sea por convicción o por necesidad) la agenda progresista que marcaba el gobierno nacional K: la perspectiva de género, la ampliación de derechos, las políticas reparatorias de derechos humanos, la integración latinoamericana, el aborto. Son materias que se asumieron como políticas públicas y que están presentes en la actual gestión. De esta manera, todas y todos los legisladores del PJ votaron por la legalización del aborto. Por supuesto, hay que aclarar que en la temática de la salud pública el peronismo pampeano tuvo una visión progresista, como fue la ley de procreación responsable en los 90.

En ese sentido, hubo una “actualización doctrinaria”, una readecuación natural a los nuevos vientos ideológicos, como indica Alejandro Grimson, que termina ampliando la coalición gobernante “por izquierda” en La Pampa, más allá que el PJ histórico, tradicional o convencional sea el que conduce. Por supuesto, hay también matices al interior del peronismo, desde un intendente que homenajea con una plaza a las víctimas del terrorismo de Estado a un jefe comunal que postea en su Facebook un video de un desfile del Ejército encabezado por Videla el 24 de marzo.

El conflicto peronismo-no peronismo, que es cultural, condiciona la política local, más allá de los debates y temáticas provinciales. En 2021 se eligen legisladores nacionales. Cada fuerza tratará de tener una agenda pampeana, pero será difícil escaparle a esa grieta nacional. La ideología siempre está presente.

(*) Por Norberto G. Asquini (periodista e investigador)

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