Gran parte de quienes este miércoles ingresaron por la fuerza al Capitolio simpatizan con este movimiento que, entre otros, agrupa a fanáticos antivacunas, antisemitas y supremacistas blancos.
QAnon es un movimiento de ultraderecha que defiende teorías conspirativas que van desde que el presidente saliente de Estados Unidos, Donald Trump, salvará al mundo de una red de pedófilos satanistas hasta que las vacunas enferman y se usan para controlar a las masas.
Sus seguidores creen que hay un llamado estado profundo que controla Estados Unidos y el resto del mundo, y que es una entidad compuesta por una élite de criminales pedófilos dirigidos por políticos como el expresidente Barack Obama y el matrimonio del exmandatario Bill Clinton y la excandidata presidencial Hillary Clinton, e integrado por estrellas de Hollywood como Tom Hanks, Oprah Winfrey y Lady Gaga.
La estrafalaria teoría logró capturar a millones de personas no solo en Estados Unidos sino también en otros países del mundo, unificando bajo un mismo paraguas a un variado grupo de antivacunas, antisemitas y supremacista blancos, entre otros.
La primera aparición de Q, como se conoce al movimiento, fue en octubre de 2017 en 4chat, un foro anónimo en el que su fundador dijo ser un empleado del Gobierno federal con acceso a información clasificada.
Q -letra que hace referencia al ingreso de seguridad requerido para acceder a información clasificada de seguridad nacional en el Departamento de Energía- dijo que Hillary Clinton sería detenida y en un tono críptico dio detalles sobre el día y la hora de un supuesto arresto que nunca ocurrió.
Ese mensaje seguido por unas preguntas misteriosas en tono de telegrama dio origen a videos de Youtube y foros de debate en otras redes sociales y atrajo a millones de personas a interpretar sin fundamentos desde el color de la corbata de Trump hasta los correos electrónicos filtrados del Partido Demócrata durante el tramo final de la campaña presidencial de 2016.
El movimiento se convirtió en un problema para Twitter y Facebook, que desde el año pasado controlan sus mensajes y han eliminado cientos de cuentas con el argumento de que sus mensajes pueden conducir a la violencia.
Algunos medios de comunicación describen a QAnon como una rama de otra teoría de conspiración: el Pizzagate.
El Pizzagate apareció en 2016 a raíz de la filtración de unos correos electrónicos de John Podesta, jefe de campaña de Clinton, que fueron analizados por usuarios anónimos en foros de internet, que concluyeron que los pedidos de pizza de queso que el político hacía a un restaurante de Washington eran códigos para hablar de pornografía infantil.
Sin presentar ninguna prueba, QAnon empezó a tejer una teoría que sostiene que en el sótano de la pizzería Comet Ping Pong se regenteaba un prostíbulo infantil que era visitado por ricos y poderosos.
Además interpretaron que el clip de la canción «Yummi», de Justin Bieber, haría referencia a ese lugar y a un supuesto abuso que el cantante sufrió a manos de esa presunta red de trata.
Cuando Trump fue consultado acerca de su opinión sobre QAnon y su teoría de que él era el “salvador”, dijo que no sabía nada sobre ellos, aunque luego elogió su labor contra la pedofilia y se negó a decir que la teoría conspirativa era falsa.
Y antes, en 2017, dio tela que cortar a los amantes de los mensajes cifrados cuando en un acto con militares dijo que ese momento era «la calma antes de la tormenta», otra de las frases centrales de la película Tormenta Blanca que suele citar este grupo conspiranoico.
Cuando un fotógrafo le preguntó a Trump a que se refería, él solo dijo: «Ya verán».
La tormenta de la que hablaba Trump fue interpretada como el día en que llegarán las detenciones masivas y los seguidores de QAnon creen que ese día será «el gran despertar», cuando todos nos daremos cuenta de que ellos tenían razón.