Starlink, un proyecto de Internet satelital del magnate sudafricano Elon Musk, recibió una licencia del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) para operar en la Argentina como proveedor. Así lo estableció la resolución 1291/2020 que se publicó en el Boletín Oficial en diciembre de 2020 pero pasó desapercibida.
La empresa perteneciente a SpaceX fue habilitada en la Argentina «para la prestación de Servicios de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, sean fijos o móviles, alámbricos o inalámbricos, nacionales o internacionales, con o sin infraestructura propia».
Antes de comenzar a operar, la empresa de Musk deberá garantizar la «debida atribución de las bandas de frecuencias de operación del sistema Starlink», así como la finalización del «proceso de coordinación y notificación internacional del sistema de satélites» y la «coordinación de dicho sistema de satélites con las redes de satélites» del país.
La licencia otorgada «no presupone la obligación del Estado de garantizar la disponibilidad de frecuencias del espectro radioeléctrico y/o recursos de numeración y señalización para la prestación del servicio inscripto».
Es muy factible que Starlink desembarque primero en Chile. Allí ya están iniciados los trámites para construir siete estaciones terrestres, una de ellas en Santiago. La idea es que funcione en base a satélites de SpaceX.
En ese sentido, la empresa de Musk lanzó 960 pequeños satélites y planea llegar a 4400. Según el multimillonario de 49 años, precisan entre 400 y 800 satélites para que haya un mínimo de cobertura de Internet de alta velocidad. La idea es abastecer de servicio de Internet a los lugares más remotos y poco conectados del mundo, así como a aviones y barcos. En Estados Unidos y Canadá funciona, pero el precio es muy alto: el costo mensual es de 99 dólares, a lo que se suma el kit de instalación, de 499 dólares.
Mientras tanto, el proyecto ya tiene rechazos en Rusia. Un proyecto de ley en el Parlamento impone multas de hasta 13.500 dólares a quienes se conecten a Internet a través de proveedores occidentales. La medida apunta a restringir la entrada de Starkink y también de OneWeb. Según Dmitri Rogozin, de la Agencia Espacial Federal Rusa, Starlink es «depredadora, inteligente, poderosa y de alta tecnología».