18 de Mayo de 1781 – Fallece ejecutado José Gabriel Condorcanqui, en la Ciudad de Cuzco, Virreinato del Perú. Descendiente de Túpac Amaru, el último Inca. Dio el primer grito de libertad latinoamericana.
Tenía condición de indígena noble y fijó su residencia en la ciudad del Cuzco, desde donde viajaba constantemente para controlar el funcionamiento de sus tierras.
Debido a sus prósperas actividades económicas, Condorcanqui empezó a sufrir la presión de las autoridades españolas, en especial por presión de los arrieros que vivían en la región de la cuenca del Río de La Plata, quienes intentaban tener el monopolio del tránsito de mineral por el Alto Perú. Las autoridades españolas sometieron a Condorcanqui al pago de prebendas.
Sus reclamos terminaban en negativa o indiferencia por parte de las autoridades coloniales, lo que condujo inexorablemente a la rebelión de los aborígenes. En 1780 inicia el movimiento militar de José Gabriel Condorcanqui contra la dominación española, adoptando el nombre de Túpac Amaru II, en honor de su antepasado. Al comienzo el movimiento reconoció la autoridad de la corona, ya que Túpac Amaru afirmó que su intención no era ir en contra del rey sino en contra del “mal gobierno” de los corregidores. Más tarde la rebelión se radicalizó llegando a convertirse en un movimiento independentista.
Con el apoyo de otros curacas, mestizos y algunos criollos, la rebelión se extendió, llegando a tener tropas de decenas de miles de combatientes. Entre sus ofrecimientos se hallaban la abolición tanto del reparto como de la alcabala, la aduana y la mita de Potosí.
La convocatoria de Túpac Amaru II buscó integrar a indígenas, criollos, mestizos y libertos negros en un frente anticolonial, pero no pudo evitar que la masificación del movimiento convirtiera el accionar en una lucha racial contra españoles y criollos (en general en el Virreinato los criollos no tenían en su actuar antagonismos con los españoles, siendo como mucho contrarios a las reformas borbónicas pero fieles a la corona en los demás aspectos). Pero fue capturado el 6 de Abril de 1781, encarcelado y cruelmente torturado con el objetivo de arrancarle información acerca de sus compañeros de rebelión en Cuzco y otras ciudades, pero jamás dio confesión alguna.
El 18 de Mayo en la Plaza de Armas de Cuzco, se llevó a cabo su ejecución, la de su familia y sus seguidores. Un testigo describió: “Atáronle a las manos y pies cuatro lazos, y asidos estos a la cincha de cuatro caballos, tiraban cuatro mestizos a cuatro distintas partes: espectáculo que jamás se había visto en esta ciudad. No sé si porque los caballos no fuesen muy fuertes, o porque el indio en realidad fuese de hierro, no pudieron absolutamente dividirlo después que por un largo rato lo estuvieron tironeando, de modo que lo tenían en el aire, en un estado que parecía una araña». Al ser la acción infructuosa sus verdugos optaron por decapitarlo y posteriormente despedazarlo. Su cabeza fue colocada en una lanza exhibida en Cuzco y sus partes enviadas a distintos sitios del Perú. De igual forma despedazaron los cuerpos de su familia y seguidores, y los enviaron a otros pueblos y ciudades.
El hijo menor de Condorcanqui, Fernando, al ser un niño de 10 años, no fue ejecutado, más se le obligó a presenciar el suplicio y muerte de toda su familia y a pasar por debajo de la horca de los ejecutados, para luego ser desterrado a España con orden de prisión perpetua y allí falleció en 1798.