La calle Bouchard, en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), fue rebautizada esta tarde de lunes como «Son 30 mil», durante un acto celebrado en el Día internacional de las Personas Detenidas Desaparecidas.
«En el Día Internacional de las Personas Detenidas Desaparecidas, vamos a recordar a nuestros hijos con alegría», dijo Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, quien encabezó la ceremonia.
Remarcó que las Madres son «las primeras que empiezan a cambiar los nombres de las calles puestos por los militares», por iniciativa de del directorio de los organismos del Espacio Memoria y Derechos Humanos.
«Vamos a tener música porque a nuestros hijos siempre los vamos a recordar con alegría. Ellos tenían proyectos de vida», señaló, y dio la bienvenida a las madres que no pudieron estar presentes por la pandemia pero siguieron el acto en forma remota a través de una pantalla.
Haydée Gastelú de García Buelas señaló a su turno que «es un día especial; es el día internacional del secuestrado y desaparecido. Es un día de sol peronista. Hace mucho que no nos encontrábamos. Les deseo que los encuentros sean alegres porque para triste está la vida. Estamos luchando para que la justicia sea eterna».
También por videollamada se comunicó la vicepresidenta de la entidad, Enriqueta Maroni, quien destacó la «obligación de dar testimonio de la verdadera historia». Aseveró que «somos custodios y guardianes de esa historia que encierran los detenidos y desaparecidos y que está de tal manera convertida en memoria».
Agregó que «los detenidos eran militantes políticos y sociales, tenían un proyecto personal de vida pero también uno colectivo en las organizaciones que cada uno había elegido». «Eso me da entusiasmo para sostener la ilusión de hablar de ellos, lo que fueron y serán a través de los años», añadió.
La modificación del nombre por «Son 30 mil» es el primer cambio de un plan para renombrar las calles principales de la exESMA, que aún conservan los que les pusieron los militares.
La actividad presencial es la primera que convoca Madres desde el comienzo de la pandemia y a la que Almeida se refirió como «un encuentro de personas queridas que tienen memoria», entre «personas solidarias y que tienen memoria y no un acto».
«Parece mentira, después de casi un año nos vamos a encontrar con todos nuestros compañeres con los que integramos la mesa de los organismos de Derechos Humanos», dijo.
Almeida agradeció al secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla Corti; al ministro de Educación, Nicolás Trotta; a las legisladoras porteñas Victoria Montenegro y María Rosa Muiños; al exdefensor del Pueblo y precandidato a legislador Alejandro Amor; a Abuelas de Plaza de Mayo y a referentes gremiales como Hugo Yasky: y «a todos los sindicalistas compañeros que siempre están con nosotros y nos ayudan».
Presentó al cantante Ignacio Copani y a los profesores de la tecnicatura de música. También se descubrió un mural («hermoso, en la puerta de la entrada de la casa», dijo) que conmemora los 10 años de la Escuela Popular de la Música, ubicada en la Casa Nuestros Hijos, en convenio con la Fundación Música Esperanza y la Universidad de La Plata. Y además se recordó a los muertos por el coronavirus.
Ángela «Lita» Boitano, madre de Miguel Angel Boitano y de Silvia Adriana Boitano, sostuvo que era «un día tan importante», que se había iniciado en el Parque de la Memoria, «lugar que sentimos todos, da una energía increíble y donde estamos con los nuestros».
«Qué alegría poder vernos aunque no nos toquemos demasiado, con el barbijo puesto. La pandemia me produjo mucha introspección y siento que nunca tuve a mis hijos más cerca que en toda esta época, por sentir todo lo que han luchado», afirmó.
«Algunos dijeron que no fueron muertes en vano», expresó en un clima alegre y distendido con sillas y puffs frente al escenario montado ante la puerta de entrada de la escuela.
Añadió: «Me dio mucha fuerza ver que fueron condenados los milicos después de todo lo que se dijo». Y de las elecciones afirmó que «vamos a discutir con los excelentes candidatos que tenemos y que vamos a controlar. Acá estamos y tenemos historia».
María Adela de Antokoletz, de Madres Línea Fundadora y de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos, destacó la «federación de familiares de toda América Latina».
«El delito se sigue cometiendo cada segundo que ese desaparecido no aparece. No solo se debe a Fedefam el sentido de unión de organizaciones sino la convención nuestra cuyo título es Convención Internacional para la Protección de todas las personas contra la Desaparición Forzada. Nuestra tarea es hacerla conocer más», dijo. Y agregó que Argentina cuenta con «instrumentos» jurídicos para «luchar contra este flagelo».
Hubo miembros del directorio del Espacio para la Memoria, además de sobrevivientes de la exEsma que leyeron una poesía de Loli Ponce, secuestrada y asesinada allí.
«Estos poemas los dejó en un rollito, los pudimos sacar y leer hoy», dijo Rosa, una sobreviviente, quien señaló que «algunos y algunas quedamos vivos y vivas; fue bastante duro reconstruirnos pero entendemos que debíamos construir la memoria. Sufrimos en carne propia la perversión del terrorismo de Estado».
Hizo referencia a Abuelas de Plaza de Mayo. Por «la búsqueda de qué pasó con nuestros amados nietos y por un mundo mejor», para ellos «nunca vamos a dejar las banderas de los 30 mil desaparecidos».
Almeida dijo que «tenemos una juventud maravillosa y militante. No hay que tenerle miedo a la palabra, es compromiso, ocuparse por el otro. A esa juventud le pasamos de a poco la posta. Las ‘locas’ seguimos de pie».
Copani cantó y actuaron la orquesta estable y la banda de la escuela de música popular. Hubo una radio abierta y carteles que decían «Aparición con vida», «Memoria, verdad y justicia» y pañuelos con la inscripción «Nunca Más».
Sobre la exESMA
El Espacio Memoria y Derechos Humanos presentó 10 postales que recuperan las historias de vida de 13 detenidos en el centro de tortura y exterminio de la exESMA.
Las postales se inscriben en el proyecto «Memorias de Vida y Militancia», que «propone reconstruir las historias de los hombres y mujeres -mayoría jóvenes- que fueron militantes en los años ’60 y ’70, asesinadxs y/o desaparecidxs durante la última dictadura cívico militar», según el sitio oficial del Espacio.
A partir de la investigación y la recopilación de testimonios, fotos, cartas y otros objetos personales, se reconstruyeron las historias de Ángela María Aieta de Gullo y Jorge Salvador Gullo (madre y hermano de Dante Gullo); Enrique Juárez; Ariel Adrián Ferrari; Jorge Iñaki y Joaquín Areta; Elizabeth Marcuzzo; Susana Siver y Marcelo Reinhold; Horacio Domingo Maggio; María Esther Lorusso Lammle; Oscar Furman e Inés Cobo.
El proyecto comenzó en 2012 a partir de la iniciativa de los entes del Espacio Memoria y Derechos Humanos, el Archivo Nacional de la Memoria y el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, que dependen de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, con participación del Archivo Biográfico de Abuelas de Plaza de Mayo. Las obras pueden visitarse en espaciomemoria.ar/memoriaencasa/vida-y-militancia.