Parece una historia sacada de una película hollywoodense, pero no lo es: dos mujeres y un hombre fueron a atacar a una persona y le tiraron abajo el tapial de su casa, pero adentro había una fiesta, y los participantes les propinaron una terrible paliza y prácticamente les destruyeron el vehículo en el que se movilizaban. Una de las involucradas se encuentra en el hospital con un profundo puntazo en su espalda.
El llamativo episodio ocurrió durante la madrugada del sábado pasado. Según informaron desde la Seccional Primera, «una mujer de unos 60 años junto con una amiga de unos 35 y un hombre de 30 se encontraban dando vueltas en un Chevrolet Corsa, y cerca de las cinco de la mañana deciden presentarse en una vivienda ubicada en Andreotti al 1.800, en el barrio Néstor Kirchner. Allí reside un hombre mayor de edad al cual estas personas lo acusan de haber asesinado al hijo de una de ellas», según dijo una autoridad de la comisaría.
Al llegar a la vivienda «los agresores descendieron del vehículo y comenzaron a empujar un tapial de la casa que se vino abajo», prosiguieron las fuentes. La sorpresa de seguro fue grande cuando descubrieron que detrás de donde antes había ladrillos se encontraban más de diez personas celebrando una fiesta.
Sin venganza
Siempre según la versión policial, las dos mujeres y el hombre fueron atacados violentamente con palos, piedras y cuchillos. También el auto también se llevó su parte: terminó con casi todas sus ventanas destrozadas.
De alguna manera, los agresores agredidos encontraron la manera de subirse al vehículo y marcharse, pero no llegaron muy lejos, porque en la intersección de Sergio López y María del Carmen Campo el auto quedó cruzado en el medio de la calle. Gracias al llamado de un transeúnte llegó la policía al lugar, cerca de las 6 de la mañana, y lo corrió, publicó el diario La Arena.
Los uniformados encontraron en el rodado a las dos mujeres, con diversas heridas y en «evidente estado de ebriedad», según dijeron, mientras que el tercer ocupante no fue hallado sino hasta horas después en su casa particular. «La mayor no quiso ser atendida por el SEM y se trasladó caminando a su casa, pero la otra tuvo que ser llevada al hospital Lucio Molas porque estaba muy lastimada. Allí se descubrió que tenía una lesión punzante profunda en la zona lumbar izquierda, que le perforó el intestino delgado, el grueso y el colon, pero tras ser intervenida quirúrgicamente quedó fuera de peligro», relató la fuente policial.
Defensa
El ocupante de la vivienda violentada, al ser interrogado por los uniformados, alegó haber actuado en defensa propia, y como no realizó denuncia las dos mujeres y su compañero no fueron imputados de delito alguno. «En tanto el Corsa fue secuestrado ya que su propietaria no poseía la documentación correspondiente», dijeron desde la comisaría. Ayer por la tarde, cuando un equipo de este medio fue a fotografiarlo, tenía aún varias piedras sobre el capó.