El Banco Central analiza su primer aumento a la tasa de interés en más de un año que rondaría el 3%, según confirmaron fuentes oficiales a Ámbito. La medida formaría parte de la negociación que lleva adelante el Gobierno con el FMI por el préstamo que tomó la administración de Cambiemos.
La autoridad monetaria aplicará esa suba para reducir la brecha en las tasas de interés reales -ajustadas por inflación-. La tasa de referencia del país está actualmente en 38%, muy por debajo de la inflación interanual que está en 51,2%, lo que deja al país con una tasa real negativa de alrededor de 13 puntos porcentuales.
El cambio de estrategia llegará en las próximas semanas, aún se desconoce la fecha exacta. La semana pasada el FMI pidió al país que adopte una “política monetaria adecuada”, incluidas tasas de interés que excedan la inflación.
La Argentina deberá renegociar un nuevo programa con el organismo con sede en Washington para reprogramar los pagos de más de u$s40.000 millones que adeuda de un acuerdo anterior de 2018. Como parte de las negociaciones, la Argentina solicitó que el FMI reembolse al país alrededor de u$s3.800 millones que el gobierno está utilizando para pagar algunos de los vencimientos del préstamo este año.
Eso incluye un pago de u$s1.800 millones con vencimiento el 22 de diciembre que Argentina pagará utilizando los llamados derechos especiales de giro, o DEG.
Un portavoz del FMI en su comunicado publicado el 10 de diciembre dijo que no se considera como parte de un futuro programa del FMI ninguna flexibilización de los estrictos controles de capital actualmente vigentes en Argentina, ni una abrupta devaluación del peso.
El comunicado mencionado fue emitido al concluir las reuniones en Washington entre un equipo del FMI encabezado por Julie Kozack, subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de misión para Argentina, y una delegación técnica del Ministerio de Economía y el BCRA.
El comunicado había señalado que entre ambas partes “hubo un entendimiento general sobre la necesidad de mejorar de manera gradual y sostenible las finanzas públicas, dando lugar al mismo tiempo a las tan necesitadas inversiones en infraestructura, tecnología y gasto social focalizado”.
Justamente en ese comunicado se había especificado la necesidad de modificar la política de tasas. “Abordar la persistente y alta inflación requiere un enfoque múltiple que implique una reducción del financiamiento monetario del déficit fiscal, una política monetaria adecuada con tasas de interés reales positivas y una coordinación de precios y salarios”, afirmó el Fondo.