La actriz Evan Rachel Wood sumó una nueva acusación contra Marilyn Manson al revelar que la violó frente a las cámaras durante la filmación del video musical «Heart-Shaped Glasses», registrado en 2007.
Así lo cuenta en el documental de HBO «Phoenix Rising», estrenado en el Festival de Cine de Sundance, que se realiza de manera virtual desde el 20 de enero y se extenderá hasta el 30 de este mes.
«Habíamos discutido una escena de sexo simulada. Pero una vez que las cámaras estaban rodando, comenzó a penetrarme de verdad. Nunca accedí a eso», relata la actriz en la cinta.
Y añade: «No sabía cómo defenderme ni sabía cómo decir que no, porque me habían condicionado y entrenado para no responder nunca, solo para seguir adelante. Me di cuenta de que el equipo estaba muy incómodo y nadie sabía qué hacer. Fui forzada a participar en un acto sexual comercial con falsos pretextos. Básicamente me violaron frente a la cámara».
Por su parte, la madre de Wood recuerda haber escuchado a un técnico de la filmación contar que el músico le había dado de beber licor de absenta a la joven, al punto de dejarla prácticamente inconsciente.
«Phoenix Rising» es una producción de HBO dirigida por Amy Berg, que retrata el camino del activismo tomado por Wood tras realizar las correspondientes denuncias contra el músico.
Este relato se suma a una larga serie de acusaciones de diversas mujeres contra el artista por violaciones y torturas físicas y psicológicas.
La defensa de Manson
En un comunicado enviado a la agencia de noticias AFP, Howard King, abogado de Marilyn Manson, rechazó de plano estos dichos al destacar que «de todas las falsas acusaciones que Evan Rachel Wood ha hecho sobre Brian Warner, su recuento imaginario del rodaje del video de ‘Heart-Shaped Glasses’ hace 15 años es la más descarada y fácil de refutar porque había varios testigos».
Además de remarcar que la actriz estaba «totalmente coherente» durante el rodaje y «profundamente involucrada en la planificación de la preproducción y posproducción del clip», puntualizó que se trató de «una escena de sexo simulado que requirió varias horas de rodaje con varias tomas usando diferentes ángulos y pausas largas entre cámaras».